Una cámara se enciende, enfocando torpemente a un joven de cabello negro, corto estilo "undercut", con una chamarra de cuero y un gesto serio. Aclara su garganta y se acomoda en su asiento antes de comenzar a hablar.
– Bueno... ¿Cómo empiezo a relatar esto?
A decir verdad es algo difícil, sobre todo porque no me gustaría omitir ningún detalle.
Tampoco soy muy bueno relatando, pero soy peor escribiendo – bufó una risa apenada – así que creo que con esto será mejor. Aunque para ser sincero, no soy muy fan de hablar mucho... En fin. Creo que empezaré desde mi primer visita a Rusia...- ¿Cómo la describirías? ¿Qué pasó en ese viaje?
Seguido de esto, el joven soltó un suspiro y se recargó en su mano derecha, se notaba pensativo y de la nada comenzó a dibujarse en su rostro una sonrisa y sus ojos se comenzaban a iluminar.
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Almaty, Kazajistán - Julio 2012
Había pasado tiempo ya desde su cumpleaños, contaba ya con 13 años de edad y ¿Su regalo? Fue el mejor de todos los tiempos o al menos esa felicidad le intentó mostrar a su mamá. Otabek siempre ha tenido un rostro serio, tal vez es porque es hijo único, tal vez por la forma de crianza, en si no hay una razón certera de la razón de su seriedad, aunque se especula más que es por la confianza que llegue a tener.
El pequeño se encontraba recostado en su cama, mirando al techo, su corazón le palpitaba con fuerza y su estómago no dejaba de darle cosquillas, estaba emocionado y a la vez nervioso, ¿La causa? Su mamá lo inscribió a un curso de patinaje artístico, dirigido por nadie más que Yakov Feltsman, Otabek lo admiraba, claro está, además, sabía perfectamente que ser entrenado por un ruso le daría plus a sus mejoras, patinaría como siempre ha querido.
Apenas había salido de vacaciones de verano pero eso no le impedía ir a practicar cuando podía a la pista de hielo local.
El curso iniciaba el lunes y puede que su cara no fuera la más expresiva de todas, pero realmente estaba feliz, no sabía cómo le iría pero sin duda daría todo de si para aprender lo más que se pudiera. Quería que su familia estuviese orgullosa de él y de sus logros.
Se sumergía entre sus almohadas tratando de imaginar, ¿Cómo serían sus compañeros? ¿Haría amigos? ¿Qué cosas podrían enseñarle? Todas esas preguntas rondaban por su cabeza, dando miles de vueltas, haciéndolo imaginar miles de escenarios posibles, ¿Sería bueno abrirse y hacer amigos? Mientras imaginaba los posibles escenarios no se dió cuenta cuando se quedó profundamente dormido.– Beka cariño, despierta, hoy es el gran día – pronunció una dulce voz haciendo que el ya mencionado comenzara a despertar poco a poco, su madre, lo había ido a despertar temprano puesto que tenían que viajar para llegar a Rusia y estar más cerca del campamento.
Somnoliento aún por la falta de sueño se dirigió a su baño para alistarse, lavarse la cara y arreglarse.
Bajó rápido las escaleras y le echó un vistazo al calendario. En efecto, y aunque fuera domingo, el lunes empezarían sus cursos, al recordarlo hizo que el poco sueño que aún le quedaba se desvaneciera. Corrió hasta el comedor para tomar su desayuno y se encontró con su madre esperándolo.– Por un momento pensé que te habías quedado dormido, estaba a punto de subir para arrancarte las sábanas – dijo su mamá soltando una pequeña risa traviesa, Otabek solo se limitó a darle una media sonrisa y torcer los ojos. – Adelante, ya está servido, desayuna o se enfriará.
Y eso fue lo que hizo, comenzó a desayunar aunque algo acelerado, tomaba rápido su jugo y casi casi se pasaba entera la fruta del plato.
Su madre se le quedó viendo extrañada, se recargó en la mesa y sonrió.
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El Héroe Nacional
FanfictionOtabek Altin, patinador de hielo profesional, proveniente de Kazajistán. Un chico callado y serio, el cual tiene muchas cosas que contar sobre su vida. Su apariencia puede no agradarle a muchos y aunque luce como el típico chico cool de la calle, si...