En una isla remota, se podía encontrar a un chico peliverde con ropas llenas de cortes y cubiertas de sangre.
Su ropa estaba muy suvia pero se podía leer "Marine" en algunas partes. Estaba muy herido y golpeado.
El chico apenas y pudo esconderse en un oscuro callejón cuando vio pasar a un grupo de personas con ropas similares a las suyas, pero más limpias y completas.
-Estuvo cerca- dijo débilmente.
-Y que lo digas- hablo alguien a sus espaldas.
El peliverde se volteó sorprendido por no notar a alguien detrás suyo y se puso en guardia.
Al voltear, notó que era un chico de casi su misma edad, con cabello gris y una gran manta en su espalda.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?- preguntó el peliverde.
-Tranquilo, no quiero pelear- dijo alzando sus manos y dando una gran sonrisa. -Solo quiero hablar contigo-
-¿Hablar?-
-¿Tú eres el marine rechazado?-
-Yo no fui rechazado-
-¿No?-
-No, yo salí por mi propia mano- pero no pudo seguir hablando por qué una de sus heridas empezó a sangrar.
El chico le ayudó a sostenerse y lo sentó en el suelo. Unos marines estaban apunto de pasar, así que el chico tomó su manta y cubrió al peliverde con ella, además de colocar más cosas junto a él y empezar a actuar como si estuviera cansado.
-Disculpe-, ¿Ha visto a un chico de cabello verde, pecas y un par de brazaletes negros?-
-No, no lo he visto por aquí-
-De acuerdo, pero si lo vé informé a los marines-
-Sí, señor- cuando se alejaron del lugar, le quitó las cosas de encima y el chico estaba medio consciente pero estaba sorprendido por lo que cubría la manta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Una espada gigante?- y se sorprendió aún más al ver qué atada a ella había una bandana negra con el símbolo de un cráneo de toro con un par de espadas cruzadas. -Tú............. Eres un pirata-
Con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó para pelear contra él, pero el cansancio y las heridas lo hicieron lento y débil.
-Oye, oye. Dije que no quería pelear, solo quiero hablar- decía mientras esquivaba sus golpes.
-Cállate, no dejaré que un pirata haga daño en esta isla tan pacífica-
-Pero no es tan pacífica como parece ¿Cierto?- detuvo su puño al terminar de decir eso. El peliverde se sorprendió y dejo de atacar.