Cross High

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He visto tantos animes y fan comics de escuelas que quise hacer una cross-over.

Aclaró que no hay poderes aquí, de ningún tipo.

La alarma sonó indicando el final de las clases. Todos los estudiantes salieron tranquilamente, a excepción de una chica castaña de ojos rojos. Atsuko Kagari, mejor conocida como Akko.

Ella estaba corriendo por los pasillos hasta salir al patio trasero y ver un partido de fútbol de algunos de sus compañeros.

-¿Cómo va el marcador?-

-Los chicos van ganando por 2 goles- dijo un chico de cabello negro.

-¿Y como está Shigeo?- pregunto por otro chico, que se encontraba sentado en la banca, con una pierna herida

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-¿Y como está Shigeo?- pregunto por otro chico, que se encontraba sentado en la banca, con una pierna herida.

-Esta mejor pero no creo que vaya a poder jugar en la final-

En eso, el balón es pasado a un chico peliverde, Izuku Midoriya. En el momento que el balón tocó el pecho del peliverde, la castaña vio su sonrisa y terminó poniéndose tan roja como un tomate.

Izuku empezó a pasar a sus contrincantes sin mucho problema, esquivaba con gran habilidad a sus oponentes, dejándolos solo con una nube de humo frente a ellos.

Llegó a ponerse frente a la portería, el portero e Izuku se vieron a los ojos por un par de segundos, ahí fue cuando tiró.

El balón salió disparado contra la esquina superior derecha y el portero lo había notado. Este se lanzó en su dirección n para bloquearle el paso, pero el balón hizo un giro.

El balón giró solo un poco para moverse de dirección y así evitar que el portero lo bloqueara. El plan de Izuku funcionó y les dió otro gol a su equipo.

En eso, el silbato sonó y el juego terminó.

Un par de horas después

El sol empezaba a ocultarse y ya casi no había alumnos en la escuela, excepto por unos cuantos.

El peliverde salía de los vestidores y se dirigió a la salida, pero notó que ahí estaba la castaña que vio en su partido. Dio una sonrisa y se dirigió en su dirección.

-Hey- dijo poniendo su brazo alrededor de sus hombros y haciéndola voltear algo asustada.

La castaña se puso roja y miro en otra dirección. -¿Por qué siempre tienes que hacer eso?- decía nerviosa.

-Porque me gusta como te ves cuando lo hago- tomó por la barbilla a la chica y le dio un beso en los labios.

Cuando se separaron, se podía ver qué un hilo de saliva se había formado y sus respiraciones se agitaron un poco.

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