Universo sin poderes
Mi nombre es Izuku Midoriya, soy un estudiante de la academia UA. O bueno, solía antes de que todo se fuera a la mierda.
Han pasado 3 años desde que llegó aquello que todo el mundo creía que solo pasaría en la ficción, zombies.
Nadie sabe quién fue el primer infectado o su orígen, pero a este punto ya no importa. Los zombies están en todos lados.
Cuando el apocalipsis empezó, yo estaba fuera de la ciudad con mi madre. Me llevó a un lago a aprender a pescar, desafortunadamente, ni siquiera ese lago remoto estaba a salvo de lo zombies.
Mi madre terminó mordida y yo tuve que darle piedad. Desde entonces he sobrevivido solo. Y jamás creí decir esto pero fue bueno que mi padre me enseñará a usar un arma.
El no era una buena figura paterna, pero eso me ayudó a sobrevivir. Me armé con un francotirador y me fui de la ciudad. Desde entonces he estado moviéndome de un lado a otro, sobrevivo de insectos y comida enlatada.
Resulta que la carne, sea congelada o incluso recién cortada se infecta al virus, y si la comes estás muerto. Pobre del desgraciado que se la coma.
El día de hoy fue algo interesante, vi a un grupo de sobrevivientes. Todos parecían ser de mi misma edad, tal vez más jóvenes. Incluso había niños entre ellos.
Sabía que era malo que tuvieran niños consigo al saber que podrían estorbar en su supervivencia, pero entendía que no podrían dejar morir a unos niños pequeños.
Cuidando a los niños vi a una chica hermosa de cabello castaño y ojos rojos, incluso con su ropa rota y su piel sucia parecía estar feliz. Era como si el apocalipsis nunca le hubiera llegado, eso hizo que pusiera una pequeña sonrisa en mi cara después de mucho tiempo.
Ninguno de ellos se había dado cuenta de mi presencia, estaban buscando cualquier cosa que les fuera útil. Quería bajar y ayudarles pero tenía miedo de que me atacarán.
Solo pude quedarme a ver lo que hacían, pero más a esa chica. No podía quitarle los ojos de encima, incluso aunque quisiera. Su apariencia y su sonrisa me recordaban a mi madre, creo que por eso no quería dejar de verla.
En eso, noté que el bebé que cargaba en sus brazos comenzó a llorar, con todo el silencio del lugar atraería a los zombies, y no mentía.
Los zombies no tardaron en aparecer, todos empezaron a matar a esos cuerpo putrefactos como pudieran, pero al ser ciegos solo iban tras la chica y los niños.
Ella solo tenía un bat de metal para pelear, pero no sería suficiente para tantos zombies.
Estaban siendo arrinconados y los niños empezaban a hacer ruidos. El ver como su sonrisa pasaba a ser un rostro de miedo solo me recordó cuando no pude ayudar a mi madre.
Sin darme cuenta, disparé al zombie frente a ella. Los sesos salieron volando, manchando la calle del cerebro podrido.
Todos me vieron cuando disparé, corrí hasta donde estaba la chica y baje una escalera improvisada que había construido con una cuerda y unas maderas viejas.
-¡Suban!- grite.
La chica hizo que los niños subieran primero mientras ella se quedaba peleando con los zombies.
El problema era el bebé, ella no iba a poder subir la escalera con el bebé en brazos. Dejé mi arma y baje unos cuantos escalones para que tomara mi mano.
Pero no esperaba que me entregara al bebé.
-Cuídalo, por favor-
Su mirada estaba determinada a qué lo subiera. Ella se volteó y siguió peleando, mientras sus amigos intentaban llegar a ella, pero no podían por tantos zombies que había.
Una vez subí al bebé me disponía a subirla, pero ella comenzó a correr, abriéndose paso entre los muertos.
Cada vez, esa chica me recordaba a ella. Mi mente ya no paraba de recordarme ese día. No podía, no quería que se repitiera.
Ella terminó encima de una torre de autos chocados, donde los zombies empezaban a alcanzarla.
-¡No!- grite para saltar del techo del edificio y saltar de pila en pila.
Saque de mi cinturón una resortera y varios objetos pequeños y filosos con los que disparé contra los zombies.
Pude hace un camino por el que ella paso hasta llegar a mí. De ahí, pudimos volver saltando todo el camino de vuelta al techo.
Les dije a los niños que no hicieran ruido para que los zombies se fueran, pero no podía hacer lo mismo con el bebé.
-¿Cómo hago que deje de llorar?- pregunté a cualquiera.
La chica solo tomó al bebé en brazos y lo comenzó a meser, cantando una canción de cuna hasta que se calmó.
-¿Cómo hiciste eso?-
-Es una larga historia- dijo la chica, ella me volteo a ver y me puse nervioso por lo que haría. -Gracias por la ayuda. Soy Akko.- me extendió su mano.
-Izuku- le di mi mano para saludarnos.
En eso, la puerta que daba al techo se abrió de forma brusca, saque mi resortera pero solo eran los sujetos que venían con Akko.
-¿Estás bien Akko?-
-Si chicos, lo estoy gracias a él-
-Gracias por tu ayuda-
-No hay de que-
Por los zombies que aún había, y porque estaba anocheciendo, se quedaron a dormir en el techo.
Yo me quedé haciendo guardia en caso de que algo más pasara.
En eso, Akko se acercó. Por mis reflejos, le puso un cuchillo en el cuello, me disculpé por eso y ella lo entendió.
-¿Por qué estás aquí Izuku?-
-¿Aquí donde?-
-En este techo-
-Por posición de combate, puedo ver en todas direcciones, pocos me ven y puedo escapar en cualquier dirección si es necesario-
-No, yo me refiero que si no buscas un lugar donde no halla zombies-
-No creo que eso exista. Ya no más-
-Bueno, yo creo que si existe-
-¿Y dónde estaría ese lugar?-
-Mis amigos y yo vamos a buscar un avión. Oímos que los zombies no pueden con los climas fríos, vamos a ir a Rusia-
-Jajaja, ¿Si sabes que eso está muy lejos no? Incluso con un avión, con tanta gente será difícil llegar, sobretodo con esos niños.-
-No me importa- eso me sorprendió -Quiero que todos nosotros podamos volver a vivir en un mundo donde podamos vivir sin miedo. No dejaré a nadie atrás, mucho menos a estos niños.-
Sus palabras me dejaron helado y al mismo tiempo me dieron un calor indescriptible.
A la mañana siguiente, sus amigos estaban listos para irse, tomaron refacciones y algo de comida antes de irse.
Pero no estaba tranquilo, estaba aterrado por lo que dijo ella. No iba a dejar a esos niño, podría morir por eso.
Baje del techo y decidí unírmeles, ellos me dejaron estar con ellos. Me dijeron sus nombres y que eran más que solo el grupo que llegó.
Se habían separado pero que iban a un viaje aeropuerto, donde aún había aviones de carga funcionales por información de alguien entre ellos.
Al saber todo eso, pensé que tal vez si podía haber oportunidad. Me sentí feliz nuevamente, después de tanto tiempo. Pero no podía mostrarlo o dejarlo salir aún, no hasta ver qué ella y esos niños estén a salvo.
No hasta que todos estén a salvo.
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One-shots
FanfictionAquí pondré las historias que se me vienen a la mente pero aún no decido si escribir, dejar en el olvido o dejar que alguien más las escriba.