HISTORIAS POSIBLES (1)

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Poema triste

Lo vi,

Me vio,

Miré a otro lado,

Él sonrió.

Volví a verlo,

Sonrió de nuevo,

Me enamoré.

Salimos un tiempo,

Pero el vio a otro.

Yo lo vi,

Él lo negó.

Lo seguí,

Él me traicionó.

Lo esperé,

Lo encaré,

Él lo negó de nuevo.

Yo lloré,

Le confesé que lo seguí,

Él se enojó.

Busqué mi arma,

Él lloró ahora.

Lo vi,

Me rogó con lágrimas en sus ojos.

Yo sonreí,

Él sonrió, por última vez



CORRIDA

Era un atardecer tranquilo, salí a caminar apenas bajó el sol ya que había menos humedad y calor. Se estaba poniendo fresco mientras oscurecía por lo que era ideal para dar una gran vuelta por el pueblo.

Me sentía tan bien que decidí seguir por la calle principal hasta llegar a la parte de tierra que llevaba hacia los campos que estaban cerca del pueblo y luego doblaría para ir hacia el cementerio. Ese era mi plan básicamente, ya había caminado antes por ahí pero esta vez hubo algo diferente.

Cuando llegué a la tierra y pasé por la escuela que está justo al límite del pueblo, a lo lejos vi una sombra oscura en la canaleta de mi izquierda. Por la poca luz del lugar no pude identificar lo que era, aún así seguí caminando un poco más despacio por las dudas.

Al llegar a pocos metros de la sombra pude notar de que se trataba de un animal, que por la pose y tamaño parecía una vaca pastando. Supuse que se había escapado o estaría atada al árbol que tenía cerca, algo normal en esa zona de campos, por lo que seguí caminando tranquilamente.

Pero de pronto este animal oscuro levanta la cabeza y allí puedo constatar de que no era una vaca si no que era un toro.

Un toro que apenas me vio pareció alarmarse y enojarse porque su primera reacción fue comenzar a correr en mi dirección agachando la cabeza para poder cornear me.

Las piernas no me alcanzaban para correr más rápido, gritaba por ayuda desesperada pero parecía que todos dormían o se habían ido porque no había ninguna persona a la vista.

Para empeorarlo esa zona tenía poca iluminación por lo que sumado a que giraba para ver dónde estaba el toro y por donde me convenía ir, terminé chocando con una roca grande que había al costado de la calle. Ahí el animal aprovechó mi caída y arremetió con toda su furia contra mí con sus grandes y al parecer filosos cuernos apuntando mi pecho.

Por suerte me desperté antes de saber cómo terminaba eso, pero sí que estaba transpirada, como si de verdad hubiera corrido por mi vida.

(Basado en una pesadilla que tuve :S )

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