Akatanis

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– ¿te encuentras bien?– dijo la voz suave. El alfa levantó su mira encontrándoce con la persona que tanto quería ver.

Katsuki sentía que no le salían las palabras, sentía que su garganta estaba cerrada, al ver al chico en frente de el lo hizo ponerse nervioso cosa que nadie nunca lo hizo sentí. Se quedó contemplado el rostro del pecoso, cabello verde desordenado que lo hacía verse tierno, unos ojos de color jade eran unas hermosas esmeraldas que quería que lo mirara solo a él, cuatro pecas en cada una de sus mejillas regordetas y con un leve rubor, tenía una mirada preocupada se preocupa por el, unos labios finos color rosado, se veían carnosos, perfectos para darle unos buenos besotes.

–¿ Me escuchas?– le pregunto el pecoso al ojirubi, el peliverde le incomodaba que el alfa lo viera tanto. Katsuki por fin reacción parpadeo parándose rápidamente.

– s-si, si, si, estoy bien– dijo un poco nervioso al levantarse pudo ver mejor el cuerpo de su amado omega. Al ver el cuerpo del chico sentía como los colores se subían hacia sus mejillas.

El cuerpo del omega era simple perfecto, tenía caderas anchas perfectas para dar a katsuki tercero y al resto sus cachorros que había soñado tener con el peliverde, además de una cintura diminuta imaginaba como sería tomar esa cintura para atraerlo hacia el cuando se lo estaría follando como tantas veces lo había imaginado, el pantalón le era ajustado que le permitian ver las flacas piernas de menor, fijo su mirada el el gordo culo del pecoso, le daban ganas de tocar esos muslos tan carnosos.

– mmmmm.....¿ Te golpeaste muy fuerte?– dijo acercándose el peliverde al pelicenizo. El pelicenizo tragó saliva le daba nervios que le pecoso se le estuviera acercando  tanto.

– si n-no te preocupes...– dijo rascándose la nuca, el pecoso sonrió le parecía lindo que el chico se pusiera nervioso. Se sentía culpable de que le chico de cabellera rubia ceniza se cayera, si no hubiera jugado carreras con los jóvenes que habían pasado el chico no se hubiera caído.

– lo lamento, mis amigos te empujaron ¿ Verdad?– el mayor asintió con cierta duda hacia los jóvenes que lo empujaron– ellos son muy competitivos en los juegos.

– no te preocupes, ya no importa– dijo sin despegar la mirada del cuerpo del omega. El Omega no le prestó atención a la mirada del alfa, para el era normal que todos lo mirarán, los alfas e betas con deseo y los omegas con envidia.

–esta bien– el peliverde sonrió dulcemente haciendo que el alfa se ruborizara. El Omega miro al alfa a los ojos, algo nervioso– disculpa tu no sabes para donde es el salón 1-A– pregunto con duda.

El alfa tragó duro, el omega estaría en el mismos salón que el. Sentía que su corazón latía a mil por segundo.

– p-primera puerta a-a la derecha– dijo algo nervioso mientras miraba al Omega, el peliverde agarro a katsuki de en brazo, y ahí fue cuando el pelicenizo se convirtió en en un tomate humano, estaba muy cerca de deku.

– como no conozco a nadie aquí, te molestaría si me quedo contigo– dijo haciendo ojos de perrito triste, katsuki se separó de deku no era que deku no le gustaba no, sino que era algo nuevo que se sintiera hacia.

Katsuki retroceso unos pasos y empezó a correr, flash se quedaba a medias al lado de Katsuki. Lo último que el chico de cabellera verde escucho fue " lo siento tengo cosa que hacer".

–mmm....– dijo mirando hacia la dirección en el que se había ido el joven de ojos rojos. Subió su mano hacia su mentón con una mirada preocupada– lo abre incómodado – se preguntó el pecoso.

Cerro sus ojos unos momentos, ese chico de cabellera rubia ceniza se le hacía conoció pero se se acordaba, abrió sus como platos al recordar que estaba perseguido a los dos jóvenes que votaron al chico.

Alfa timidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora