Capítulo 2: Odie

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Sonó el timbre una, dos veces.

-¡Papa!¡Mama!

Nadie contestó a si que supuse que estaba sola. Mis padres se abrían ido pronto a trabajar.
Estaba tumbada en la cama, enroscada a las sabanas, lo menos que me apetecía en ese momento era levantarme para abrir al idiota que me había despertado.
Me revolví en la cama y me puse la almohada sobre la cabeza malhumorada.

Tres veces.

Me incorpore y agarre el móvil para mirar la hora, apenas eran las 9:30 ¿Quién llamaba a esas horas? Se supone que todos deberían durmiendo, acababan de empezar las vacaciones de verano por dios.
Baje hasta abajo y me dirigí a la puerta. Una punzada de dolor atravesó mi cabeza. Y seguí caminando mientras me sobaba la sien.

-Ya voy - grite mientras me acercaba a la cocina para tomar una pastilla rápidamente.

Cuando me la tome, fui a abrir la puerta, frotandome los ojos en medio de un bostezo, y lo primero que vi fue a una chica que no había visto en mi vida. Pero cuando baje la mirada, se me hizo imposible no cambiar mi expresión.

Una enorme felicidad recorrió mi cuerpo cuando vi a Odie junto a ella. Hasta se me quitó el sueño de golpe.
Y como no, el se tiro encima haciéndome caer al suelo, pero no me importo, Odie estaba aquí, sano y salvo.

Tras intercambiar unas palabras con la chica, que al parecer se llamaba Frenesy, y sobretodo agradecerle que hubiera traído de vuelta a Odie, ella se marchó. No sin antes despedirse del perro, que le lamió el brazo y agitó su cola feliz.

Ya dentro de casa me agache para volver a abrazar a mi perro. Quería gritarle y regañarle por escaparse pero se me hizo imposible en ese momento.  También le dije a Frenesy que se acercara un día a casa para hablar o tomar algo, no sabia muy bien como agradecerle lo que había hecho.
Lo curioso de todo es que sabia el nombre de Odie y la dirección de mi casa. Como ya he dicho antes no la había visto nunca a si que...raro, ¿no?

Fui al pasillo y agarre el teléfono fijo, marque el numero de Aledis. Sonaron varios tonos hasta que por fin lo cogió.

-¿Sabes que hora es? - su voz sonaba entre enfadada y cansada

-Da igual, ¡Odie esta aquí!

-¿Aquí?¿Que estas diciendo?- Bostezó

-¡Pues que ha aparecido!

Odie ladró mirándome, como si me entendiera y quisiera demostrar a Aledis que era cierto. Yo sonreí mientras le observaba.

-¿Ese es Odie?- Dijo sorprendida

-¡Si! te lo acabo de decir

-Pero -No la deje acabar.

-Ven al mediodía a mi casa y te lo cuento.

-¿Quieres contármelo o que te acompañe a sacar al perro?

- Un poco de ambas

-Tiaaa, que es verano, hace calor, da pereza...

- Te invito a comer -dije con esperanza de que viniera.

-Hecho- contesto de inmediato- ¿A que hora?

Solté una risa y le dije una hora, tras colgar el teléfono empecé  a hacer mi rutina de la mañana, poniendo música a todo volumen y feliz por la vuelta de Odie.  Mientras yo limpiaba el suelo de la cocina con la escoba, él corría por el pasillo jugando alegremente con su pelota favorita.

- Don't you worry, don't you worry , child. See heaven's got a plan for you. Don't you worry, don't you worry now. Yeah

Don't you worry, don't you worry now. Yeah

El secreto de los HedevaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora