Me despierto con el sonido de lo que creo que es una sartén cayendo al suelo.
Mi padre ya estará haciendo el desayuno.
Al mirar el reloj veo que aún es pronto y vuelvo a cerrar los ojos y sin poder volver a dormirme. Mi mente viaja a hace apenas unas horas.
Acababa de encerrarme en mi cuarto después de la conversación con mi madre sobre las pastillas.
Odio que las mencionen, me irrita.
Agarré el bote que guardo en uno de los cajones de mi mesilla y saque una píldora de color amarillo.
Deje de nuevo el bote en su sitio y me acerque a mi escritorio, donde tengo una botella de agua y un vaso.
Eché de esta en el recipiente de cristal y bebí un poco asegurándome de dejar un culo de agua.
Después fui hacia mi zapatero y abriéndolo, busqué las antiguas deportivas que apenas me ponía.
Saque una de las zapatillas, concretamente la izquierda, y metí la mano dentro, sacando un pequeño bote metálico que antes había sido de caramelos.
Después metí la pastilla en el bote, junto con el resto de pastillas de la semana pasada y lo guarde todo de nuevo.
Procurando que todo pareciera lo mas creíble posible, pues mi madre siempre se fija hasta en el último detalle.
Estaba harta de estúpidas pastillas que ni estaban testadas. Cansada de ser una rata de laboratorio. Ni si quiera conozco al hombre que crea esas pastillas. Y me da igual lo que mis padres digan. No quiero morir solo por su negligencia.
Me levanto de la cama y mientras me recojo el pelo más recuerdos de anoche surcan mi mente.
Estaba sentada en la cama, con el regalo de Nick en las manos.
No tenía ni la menor idea de que podía ser, ni de por qué tenía que abrirlo a solas.
No negaré que se me cruzaron pensamientos un poco pervertidos por la mente. Pero no me espere para nada lo que era en realidad.
Al quitar el papel de envoltorio lo primero que vi fue una nota.
"Raven, corres peligro, no puedo contarte el por qué, ya que te pondría en más peligro aún. A si que te pido que confíes en mí.
Por favor, huye de esa casa, huye del pueblo y del país si hace falta.
En la caja tienes dinero suficiente para pasar las primeras semanas, el resto es cosa tuya.Ponte a salvo Raven, Nick"
La nota me dejó bastante descolocada, ni si quiera me daba una explicación o un motivo. ¿Se supone que debo hacerle caso?
Luego abrí la caja, y tal y como él había dicho en la nota había dinero, mucho dinero.
Al contarlo me di cuenta de que una broma no podía ser, y no le das tanto dinero a alguien si no vas en serio.
Pensando aún en el dinero bajo mi cama voy hacia la ventana de mi cuarto y la abro dejando que la agradable brisa de verano choque contra mi.
Me siento en el pollete de la ventana, con los pies colgando hacia abajo. Si mi madre me ve así, seguro me mata
¿De cuánto será la caída desde aquí? ¿2 metros? ¿3 quizás?
Antes de darme cuenta mis pensamientos vuelven a la carta. Apenas pude dormir esta noche por lo mismo. Realmente no entiendo nada.
Agarro el móvil sin pensarlo mucho y abriendo la aplicación de mensajes busco a Alexis entre mis contactos.
Raven: llámame cuando te despiertes es urgente.
Rápidamente me arrepiento y borró el mensaje.
¿Será peligroso contárselo a alguien más? Supongo que sí, aunque no dijera nada en la carta. Es un poco de sentido común.
Pero no creo que pase nada por contárselo a Aledis ¿no?
Raven: Necesito tu ayuda.
Apago el móvil y con mi cabeza funcionando a todo gas bajo a desayunar.
Mi padre está haciendo tortitas en la cocina. Mientras mi madre está arreglando las plantas del patio trasero, pues alguien llamado Odie se dedicó ayer a pisotearlas y comérselas.
Yo voy hacia el salón con un vaso de leche en la mano y al sentarme en el sofá mi teléfono vibra.
Aledis: Que paso?
Raven: Ven esta tarde a mi casa y te lo cuento.
Aledis: después de lo de la fiesta ni de coña, cuéntamelo por aquí.
Raven: Tía que es importante joder, y tiene que ser en persona.
Aledis: Pues quedamos en la cafetería de la calle Busmak?
Raven: vale, te veo allí a las 17h
Aledis; okay
𝛀𝛀𝛀
He salido al patio trasero con mi madre a ayudarla con las plantas.
No es que la jardinería sea mi especialidad, ni si quiera es que me guste mucho, pero la veía con mucho trabajo por hacer y técnicamente fue culpa mía que el perro las destrozara, todo por no cerrar la puerta del patio.
- Raven, ¿me acercas la bolsa de abono de allí?
Me levanta y agarró la bolsa -que precisamente poco no pesa- y se la dejo al lado.
-Gracias - me sonríe mientras se seca con el antebrazo el sudor de la frente.
La poca brisa que soplaba está mañana a sido totalmente remplazada por un calor infernal al medio día.
Noto como los rayos de sol queman en mi piel, y estoy segura de que voy a salir totalmente marcada de aquí, y no me hace precisamente gracia parecer un tomate.
Hace ya tiempo que me quite la camiseta y aún así me sigue sobrando la ropa que ni llevo puesta.
-¿Que es eso?
Al levantar la cabeza veo que mi madre me está mirando fijamente.
- ¿El que?
-Ese collar, nunca te lo había visto.
El collar Omega. Si, he estado investigando.
Y no, no me lo he quitado desde que llegó a mi puerta.Omega es la letra 24 y última del alfabeto griego. Y puede representar simbólicamente el final de algo.
O al menos eso decía internet.
Aunque ahora que lo pienso, ¿Podría lo de Nick y lo del collar guardar alguna relación? ¿¡Representa el fin de mi vida!?
Ay dios, creo que me estoy alterando mucho mentalmente.
Evadiendo esos pensamientos, vuelvo a la conversación con mi madre.
-Ya, es que me lo regaló Aledis por mi cumpleaños - miento
Mi madre se acerca más para verlo mejor y agarra el simbolito que cuelga en mi cuello.
-¿Te lo ha regalado Aledis enserio?
-Claro, ¿Mola, he?
-Si -sube la mirada hasta mis ojos- mola mucho.
Mi madre se queda parada en silencio unos segundos con una expresión que no sabría muy bien cómo definir hasta que se levanta y se sacude las manos en la ropa.
-Ahora vengo, ve transplantando esos narcisos de allí porfavor.
Ella se encamina hasta la puerta del patio y me dedica una última mirada antes de entrar en casa.
Yo me quedo unos minutos sin hacer nada esperando que regrese, pero como no lo hace, comienzo a plantar los narcisos que me señaló.
Al habla la autora: lo prometido es deuda, ¿Esto puede contar cómo maratón? Supongo que sí, pues ahí está el maratón de 2 capítulos. Hoy estaba inspirada.
Espero que os esté gustando, si es así, comentad y votad. Gracias por leer <3.
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El secreto de los Hedevane
Mystery / Thriller𝛀 𝛀 𝛀 - Mierda - dice mirando detrás de mí. Me giro para ver lo que él está mirando, y entonces lo veo, un Omega, en mitad del pasillo, con un machete ensangrentado que se dirige hacia nosotros. ¿Cómo ha entrado en la casa? y sobre todo,¿De quién...