Batalla

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[Cocina real]

Miro asombrada las pupilas de mis ojos, a través del espejo. No sé cuándo cambiaron de forma, pero podía visualizar dos triángulos donde antes había círculos. Dejo el espejo sobre una mesa y camino hacia la salida, me siento desorientada. ¿Cómo un desmayo pudo causar esto?

Llego al jardín y busco con la mirada mi carroza. Camino hasta ella, agarro al caballo por las riendas y camino hasta salir del palacio. Veo varias carrozas por el camino, estas se dirigen al palacio. Quizás vayan a llevar más cosas para la fiesta de la princesa D'Iana.

Voy llegando al mercado y dejo la carroza en una esquina donde no moleste. Comienzo por caminar entre los puestos. Me detengo en un puesto de frutas y compro algunas manzanas. Dirijo mi vista hacia el lugar donde dejé mi carroza y está ya no está. ¿Me acaban de robar? Dejo las manzanas y corro tratando de encontrar mi carroza.

Me acerco a un señor para preguntarle si vio la carroza y señala el lugar por donde se fueron los ladrones con ella. Suspiro frustrada. Vuelvo a dirigir mi vista al lugar donde estaba la carroza y de la nada las personas comienzan a moverse de una manera extraña.

Miro a mi alrededor confundida y cuando vuelvo a dirigir mi vista al lugar donde había estado mi carroza la veo allí como si nunca se la hubieran llevado. Mi boca se abre por la sorpresa y puedo ver a un hombre acercarse a esta y halar el caballo para llevársela y mi voz sale por si sola.

- ¡Ey, deja mi carroza! - Grito y el hombre se echa a correr. Suspiro y me acerco a al carruaje. Pienso en como el tiempo volvió justo al momento donde me robaron la carroza y solo una frase viene a mi mente. - Estoy maldita.

Continúo mi camino y tropiezo con una joven. Esta tenía su cabello tan blanco como la nieve. Ella me mira un poco confundida.

- Lo siento. - Digo y hago una pequeña reverencia. Ella se acerca demasiado a mi rostro y me comienzo a sentir incómoda.

- Tus ojos. - Es lo único que dice y yo doy un paso hacia atrás alejándome de la chica extraña.

- Sí, me ha pasado algo raro y cambiaron. - Logro pronunciar la frase y la chica murmura algo que no entiendo.

- Entiendo, soy Hyana. - Extiende su mano y la estrechamos, la observo y siento que ya nos conocíamos.

- Soy Ilyan. - Me presento y esta me sonríe.

- Creo que sé que te sucede, a mí hoy también me han pasado varias cosas raras. Según, Marla, la mujer que me crio...- Comienza a contarme todo lo que le pasó en el bosque y lo que su madre le contó al respecto. Rio al escucharla decir que somos constelaciones malditas hasta que un estruendo nos interrumpe.

Hay varias personas corriendo y alejándose del mercado. La chica se concentra y sus orejas comienzan a moverse. Supongo que no mintió cuando dijo que su audición había mejorado. Hyana, la chica de cabello blanco comienza a correr y yo la persigo, más por curiosidad que por querer meterme en problemas.

Nos detenemos, ya que había mucho fuego. En el suelo se ve una mujer calcinada y otra llorando mientras mira a una joven que sostenía una llama en su mano.

- ¡Marla! - Grita la chica a mi lado y corre, pero antes de llegar a la mujer la chica de cabello rojo lanza una llama y mata a la mujer. - ¡No! - Se escucha el grito de dolor de la joven Hyana y la chica pelirroja se voltea hacia nosotras.

- No se metan si quieren continuar con vida. - Dice la pelirroja y voltea su rostro hacia la otra mujer. - Todo acto tiene consecuencias. - Dice mientras camina lentamente hacia la mujer. La pobre señora se coloca de rodillas y comienza a pedir por su vida.
- D'Iana, detente. Esto es a causa de la maldición, por favor, detente. - Escucho la palabra maldición y todo a mi alrededor comienza a dar vueltas.

Constelaciones malditasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora