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-Así que ya no aguantas más, ocurrió antes de lo que esperaba. -Claro que sabía que eso iba a pasar, ya que observa muy divertido cómo corren mis lágrimas.

-¡Jimin! -Entonces me lanzo a sus brazos y lo beso desesperadamente. -Eres un tonto. ¿Por qué... eres tan malo... conmigo? -Es complicado besar a alguien cuando estás llorando, porque tienes que separarte varias veces para poder respirar. Cada vez que lo hago, Jimin persigue mis labios y no me deja ir.

-Esto no está mal de vez en cuando. No quiero verte llorar, pero si lloras de deseo por mí, entonces está bien.

-Jimin... Quiero hacerlo. -Sin apartar mis labios, toco con la punta de mis dedos el miembro de Jimin por sobre su ropa y noto lo duro que está. Bajo toda su ropa y lo acaricio de arriba abajo directamente con las yemas de mis dedos, sentir cómo va creciendo en mis manos me hace sumamente feliz. Froto la punta con mi dedo índice y noto cómo se van formando las primeras gotitas. -¿Está bien? ¿Ya está bien?

-Ah... Está bien, ven. -Mientras él pellizca mis pezones descubiertos, me siento en su regazo. -Estás tan mojado... Me pregunto si no ensuciaste el piso. -Al ver las estelas brillantes en mis muslos, sonríe con satisfacción. -Vamos, ven de una vez.

-Mm... -Bajo mis caderas tal como me pide, recibiéndolo hasta el fondo de una sola vez. Ante esa sensación que tanto ansiaba, las lágrimas que ya se habían secado vuelven a fluir.

-Sí que estabas desesperado, mira, me estás envolviendo con tanta fuerza.

-Ah, ah... -Antes de que Jimin se mueva, comienzo a hacerlo yo mismo.

-Ah... No vayas tan deprisa, que voy a amarte con mucha calma.

-Es que... -Sigo moviéndome sin hacer caso hasta que él mismo me sujeta de las nalgas para impedirlo.

-¿No te dije que no fueras tan deprisa?

-No me detengas... -Hasta yo me doy cuenta de que lo estoy apretando muchísimo. Mi interior cambia de forma y se acomoda para recibir a Jimin. -Estás más grande... que de costumbre.

-Quién sabe, quizá eres tú el que está más estrecho que de costumbre.

-No sé, no importa... anda, continúa.

-Eres un pervertido muy adorable. -Al ser embestido desde abajo con tanta energía, me aferro con fuerza a Jimin para no caerme. -Nunca me canso de tu cuerpo. -Esto es mucho más placentero que moverme yo mismo. Respiro profundo para relajarme y me dejo llevar por él. -Eso... Así está bien ¿Qué tal? Se siente mejor ahora, ¿no?

-S-Sí... Me gusta, Jimin. Se siente muy bien

-Claro, porque soy el único que puede satisfacerte.

-Ah, ah, ah... -Al tiempo que soy golpeado con fuerza, una espuma blanca y liviana se expande en mi cabeza. Mi cuerpo arde de impaciencia, pero mi corazón se siente tan a gusto que parece que flotara en el aire.

-¿Escuchas ese ruido que sale de ti? Se oye muy fuerte. -Ese ruido húmedo resuena terriblemente en mis oídos, aumenta el placer, aunque intente ignorarlo.

-Ya no puedo más, mi cabeza se siente muy rara.

-Ya veo, eso es bueno. Peor puedes ponerte aún más raro. -Temblando, arqueo la espalda cual si me estuvieran jalando con un hilo. Al mismo tiempo, una cantidad increíble de líquido brota de entre mi entrepierna. -Así que explotaste...

-¿Así que... se trata de eso? -Nunca me había pasado, pero sí sabía que podía ocurrir. Por eso entiendo a qué se refiere.

Justo cuando dejo caer mi cabeza sobre su hombro, exhausto, Jimin me hace levantarme. También es agradable sentir cómo se retira, pero en realidad me encantaría que se quedara más tiempo. Al verlo, es evidente que no ha acabado todavía, su miembro sigue erecto, empapado con mis fluidos.

Lágrimas de mariposa blanca /JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora