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-La casa de campo queda algo lejos, deberías calmarte un poco. -Habla con una fría calma, como si nada de lo que acaba de pasar tuviera importancia.

¿Qué sucederá con Jimin? ¿Estará bien? La esclava se balancea sujeta en mi mano, al compás del vaivén del coche y no puedo evitar llorar. Yo no debería estar aquí afuera. Debería estar con Jimin, aunque él mismo no quisiera.

Si no tuviera esa maldición... Si no la tuviera...

Eso es, tengo que deshacer la maldición de Jimin.

-Jin.

-¿Qué sucede?

-Llévame al castillo del Maou.

-¿Qué estás diciendo?

-Le pediré al Maou que deshaga la maldición. Jimin ya ha sufrido y reflexionado lo suficiente.

-¿¡Hablas en serio!?

-Muy en serio. -Jin se queda mirando por la ventana unos instantes, cavilando. Yo me quedo esperando la respuesta de Jin, implorando con todo mi corazón.

-No perdemos nada con intentarlo. -Habla tan bajo que su voz se pierde en el ruido del carruaje.

Al estar ya muy cerca del castillo, la tensión me hace sentir que el aire a mi alrededor se congela. Aunque ya no puedo distinguir la magia, de igual forma siento un enorme poder envolviendo el edificio. Se trata de una fuerza aterradora, pero de cierta manera cálida y amable. ¡Debe ser el poder del Maou! Entonces siento miedo de enfrentarme a él y abrazo mi propio cuerpo.

-¿Seguro que no quieres que te acompañe?

-Sí, No me sacrifiqué para salvar a Jimin cuando debí, por eso ahora quiero hacer todo lo que pueda.

-Entiendo... -Jin me ayuda a bajar del coche. Guardo la esclava en mi bolsillo, respiro profundo y me dirijo hacia el portal. Ya no necesito esta esclava como amuleto, me basta con el amor que llevo en mi pecho.

-¿¡Una audiencia con el señor Maou!? ¡Imposible, imposible, no puedo dejar entrar al castillo a un extraño como usted!

-¡Espere, por favor! ¡Escuche lo que tengo que decir!

-Si es tan importante, solicite formalmente una audiencia. Si la autorizan, quizá sea recibido en un mes o dos.

-¡Entonces será tarde! ¡Se lo ruego, ahora...!

-Ya basta, el señor Maou es una persona muy ocupada, no, tiene tiempo de oír sus... ¿Mm? ¿Qué, pasa? ¿Qué dicen? ¿La señora dijo eso? Mm, supongo que está bien, lleven al chico al jardín. -Varios guardias llegan, se ponen a cuchichear y luego me llevan a un jardín interior. El murmullo de las serenas aguas de una fuente ayuda a calmar mis nervios, este jardín como bendecido por la luna naranja de la tarde, tiene un aura tranquila, como si estuviera empapado de... amor. No es impresión mía, este jardín y este castillo están impregnados de aquella fuerza llamada amor. El Maou envuelve este castillo... no, envuelve este mundo entero y lo protege.

-Disculpa por hacerte esperar. -Una presencia como la luz del sol en un día de invierno, una voz como una melodía arrastrada por una brisa de primavera. Es la chica que me encontré hace tiempo en el mercado.

-Tú...

-Así que nos encontramos de nuevo. -Sonríe y la luz de la luna resbala por sus pestañas, todo en ella parece irreal. -Me enteré de que estabas en el portal, así que le pedí a los guardias que te dejaran entrar.

-Muchas gracias por el chocolate de la otra vez. -Al verme hacer una reverencia, la chica se ríe y se lleva un dedo a los labios.

-No dejemos que nadie en el castillo se entere, si? Se enfadarán si descubren que te dejé pasar.

Lágrimas de mariposa blanca /JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora