La infiltrada [SNK]

5. La taberna

Miro el reloj por enésima vez, llega tarde.

Pongo los ojos en blanco y pido otra jarra de cerveza.

Había quedado en la taberna con Petra para ponernos al día, pero como es de costumbre, vuelve a llegar tarde y si es que llega...

Tengo la mirada fija en la puerta por si aparece, pero nada.

Un hombre se acerca a mi mesa y me mira de una forma muy asquerosa

—He visto que últimamente vienes mucho por aquí—me dice apartando una silla para sentarse— ¿Quieres compañía?

—Como te sientes te corto los huevos—sonrío

La cara del hombre cambia radicalmente, parece cabreado

—¿Te crees muy valiente? —me pregunta sentándose delante de mí

Cojo una de las jarras que hay sobre la mesa y la lanzo muy cerca de su cara, se termina estrellando contra el suelo.

—Hablo en serio, no te conviene enfadarme

La taberna se queda en absoluto silencio, uno de los amigos del sujeto se acerca a él

—Venga, vámonos, esta chica es de la Legión—le dice mirándome de arriba abajo.

No llevo el uniforme, pero supongo que ya me han visto rondar por la zona con él.

—No vales la pena—escupe el hombre mientras se levanta lentamente de la mesa.

Me quedo con la mirada fija en las jarras, siempre es lo mismo.

El ruido vuelve a inundar la sala, una sombra me cubre, así que supongo que alguien se acaba de colocar delante de mi mesa, pero no levanto la mirada.

—¿Puedo sentarme? —me pregunta.

—¿Te puedes ir a la mierda? —cuando dirijo mi mirada hacia él me congelo. Mierda.

Erwin se queda observándome con los ojos abiertos como platos

—Perdón, no quería... yo...—suspiro— siéntese, por favor—señalo la silla que tengo delante.

—Creo que es la primera vez que me mandan a la mierda con tantas ganas—comenta mientras toma asiento.

—He tenido un encuentro algo incómodo y pensé que sería ese hombre otra vez—me limito a decir

Noto como Erwin frunce el ceño y recorre con su vista toda la estancia

—En lugares como estos siempre se puede encontrar algún animal.

—Sí...—murmuro— No sabía que usted frecuentaba las tabernas— cambio de tema

—Y no lo hago—miente

Yo sí frecuento estas tabernas, y me lo he encontrado más de una vez de incógnito. No sé con qué finalidad, pero suele estar de vez en cuando ocultando su rostro. Supongo que cree que nadie le ha reconocido.