Parte 7. Lo que Todoroki mintió.

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Aberración

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Aberración.
Nombre femenino. Acción, comportamiento o producto que se aparta claramente de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito.

7. El Trato Que Merece Un Humano

—“¿Tengo que hacer todo aquí?” —dijo Todoroki molesto, recogiendo ropa y juguetes del piso. Llegó a la sala y miró molesto a su marido, Bakugo, jugando con su hijo. —¿Me escuchaste?
—Sí, pero te ignoré, estás hablando de nuevo de que haces todo en esta casa.
—¿Y es mentira?
—Si te molesta limpiar un poco, contrata a alguien, incluso podrías pagarle para que cuide a Yuki —levantó al niño con los pies.
—Sí, eso será lo mejor.

***

Bakugo volvió de la oficina, entrando a la casa ordenada. Escuchó reír a Yuki y vio una sombra entrar a la cocina, de donde venía la risa. Parecía que Todoroki estaba de mejor humor. Entró entonces y lo abrazó, dándose cuenta de inmediato que no era su marido, ni siquiera era tan alto como su marido. Lo soltó y miró al chico sonrojado de cabello verde, que le devolvió la mirada. Vestía una camiseta dos tallas más grande, y debajo parecía llevar un par de lycras negras.
—Papi —gritó Yuki corriendo a los brazos de Bakugo. Todoroki entró también a la cocina.
—Bienvenido, Bakugo —lo besó.
—¿Cuándo tuvimos otro hijo? —preguntó Bakugo mirando al chico tímido.
—Es Izuku, lo contraté esta mañana, lo encontré en el mercado.
—No es un perro, Todoroki, es un chico.
—La gente dijo que tiene casi dos años viviendo en la calle, además…
—Siento que no deberíamos hablar esto frente a él, es incómodo.
—Oh, no hay problema, él está sordo —dijo sonriéndole a Izuku, que sonrió también. Bakugo se sintió incómodo por los modos tan insensibles de su marido.
—¿Y…sabe para qué está aquí?
—Claro, se lo expliqué, ya limpió la sala y la cocina, y Yuki está feliz con él.
—De nuevo estás describiendo a un perro.
—Los perros no limpian.
Todoroki salió y Bakugo bajó a Yuki, que siguió a Izuku mientras el chico terminaba de lavar los platos. Bakugo se sintió incómodo de nuevo. Se acercó y acarició el cabello del chico sonriéndole. El chico sonrió también.

***

Izuku era un buen chico, sonreía todo el tiempo, jugaba con Yuki, y obedecía la órdenes de Todoroki, aunque sólo lo hacía con manoteos, el chico parecía entenderlo bien.
Pero Bakugo no dejaba de sentirse incómodo con la sonrisa del dulce chico servicial que iba de un lado a otro como una ama de casa.
Cierto día mientras Bakugo estaba sentado en la sala, Todoroki llegó frente a él.
—Terminé de escribir mi libro —dijo.
—Felicidades —contestó Bakugo sin mirarlo.
—Y tenemos tiempo sin intimar, ¿no me extrañas?
—Supongo —levantó un poco la mirada y sonrió.
Todoroki se sentó a horcajadas en su regazo y comenzaron a besarse. Bakugo le sacó la camisa y luego lo lanzó al sofá. Se levantó para quitársela él mismo, cuando vio a Izuku en la cocina, de espaldas a la sala, lavando los platos.
—¿Qué pasa? —preguntó Todoroki.
—Izuku está allí.
—Ya te lo dije, es sordo.
—No lo sé… Es incómodo.
—Vamos, sólo una vez.
Bakugo dudó.
—Hagámoslo rápido.
Todoroki hizo más ruido que lo normal, gimiendo casi a gritos, sintiendo más placer que otras veces, incluso los gemidos en el clímax fueron bastante apasionados. Bakugo se corrió primero, y luego Todoroki, abrazando a su marido.
Pero, a pesar de que Bakugo insistía en que le parecía incómodo, estás sesiones se volvieron una rutina, como si el saber que el chico estaba allí excitaba a Todoroki, que se volvió más apasionado, incluso que cuando eran jóvenes.
Hasta el día que, en la habitación, Izuku entró y los encontró en pleno acto, y ahora lo miraron. Todoroki le hizo salir de un grito, y el chico corrió asustado.
Bakugo no pudo continuar, para frustración de su marido.
—Esto es incómodo —dijo Bakugo vistiéndose de nuevo.
Y entonces Todoroki comenzó a odiar al chico. Bakugo comenzó a verlo con pequeños moretones que Todoroki adjudicó a la anemia que trataban con medicamentos. Izuku no levantaba la mirada, y comenzó a evitarlos.
Bakugo comenzó a sentir pena por el chico.
—¿Qué? —exclamó Todoroki indignado— ¿Por qué quieres deshacerte de él? Me ha ayudado mucho.
—Sí, pero se ve más triste.
—¿Y qué? Lo llevaré a la calle otra vez, eso haré?
—No, —le dio un folleto— encontré este internado, es para chicos huérfanos con alguna discapacidad, es sordo, allí lo ayudarán.
Todoroki miró el folleto molesto.
—Yo lo arreglo.
Bakugo lo besó y se fue. Todoroki entró a la cocina y miró al chico, que se volvió. Estaba asustado.
—Tienes un nuevo trabajo.
El chico bajó la mirada, comenzando a llorar.

***

Bakugo llegó de noche y encontró a Todoroki dormido en el sofá. Se veía cansado, vio sus manos y le pareció extraño que las usará, no estaba acostumbrado a los trabajos fuertes, pero lo único que hizo fue besarlo.
Se encontró a Yuri en el jardín y lo llevó a la cocina para darle de cenar.

***

Aunque el chico ya no estaba con ellos Todoroki seguía siendo tan apasionado como siempre, lo único que cambio fue el lugar, ahora intimaban todo el tiempo en el sofá. Era como un fetiche nuevo que funcionaba para Todoroki, pues se volvía muy efusivo, hacía más ruido, más movimientos, y deseaba hacerlo todo el tiempo, siempre en ese sofá.
A Bakugo le parecía extraño, pero no decía que no, él también estaba excitado.
Una noche despertó de madrugada y no encontró a su marido a su lado. Se levantó y fue a ver la habitación de su hijo, que dormía. Bajó las escaleras, cuando escuchó la voz de Todoroki. Bajó en silencio, y escuchó:
—…poco más, ¿no tienes hambre? Anda, sólo un poco más…listo; mañana tendremos una cena, así que estaremos en este sillón todo el día, ¿lo entiendes? Buen niño.
Bakugo bajó de repente y vio a Todoroki acomodando uno de los cojines del sofá.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, sorprendiendo a Todoroki, que tembló y lo miró.
—Bakugo, querido, ¿qué haces…?
—¿Qué haces con el sofá?
—Yo…perdí mi anillo, y creí que estaba aquí…
—¿A esta hora, mientras hablas con el sofá, con un plato de avena?
El plato estaba en la mesita junto a un par de libros. Todoroki lo miró, y luego a su esposo, que se acercó con largos pasos y quitó el cojín que estaba unido a una tabla, destapando un compartimento, donde estaba atado Izuku. Estaba amordazado, pero sus ojos estaban descubiertos, llenos de lágrimas, y tenía avena en la mejilla.
—Todoroki, qué hiciste —le gritó Bakugo—, ¡estás enfermo!
—No lo entiendes, esto me…
—¡Es un niño! ¿Qué tipo de trato inhumano es este?
—No abusé de él, no lo lastimé, le doy de comer, lo limpio, le…
—¡No es un perro, Todoroki! Es un niño, no puedes hacer esto, quizá no escucha…
—No está sordo.
—¿Pero me dijiste…?
—Es mudo, pero no entiende el idioma, es tailandés.
Bakugo estaba asqueado, mirando al chico lloroso, al hombre perverso, y comenzó a golpear a Todoroki con la tabla que aún sostenía en sus manos. Golpeó hasta que dejó de gritar y su marido dejó de moverse.
Había sangre en su alfombra blanca, en el sillón blanco, en la mesa de vidrio. En sus manos y en su ropa. Y un chico lloroso.
Qué haría. Ese chico hablaría. No, era mudo, pero…no podía dejarlo sólo así.
—Lo siento —se levantó y miró a Izuku—, pero no puedo dejarte ir así —lo sentó sin sacarlo, pero debía hacerlo—, lo siento, niño, lo siento.
Sólo necesito dejarlo caer una vez para destrozarle la cabeza al chico.
Metió ambos cuerpos al pequeño espacio del sofá, y llamó de inmediato para que se lo llevaran directo al basurero. Una empresa aceptó simplemente quemarlo a cambio de una gran cuota.
Las horas que faltaban para el amanecer, fueron de mucho trabajo de limpieza.

***

—¿Cuándo volverá papá Shoto? —dijo Yuri con tristeza.
—No lo sé, quizá papá Shoto entienda que debe volver, pero quizá no era tan buen papá como creímos.
—Pero yo lo quiero, y a Izuku.
—Izuku volvió con su familia, pero prometo que buscaré a alguien que te cuide y te agrade como Izuku, ok?
—Sí, papá.
Yuki se abrazó a su padre, que extrañaba a Todoroki sólo por los segundos antes de recordar lo perverso que era.
Ahora estaba mejor.

Lain Faustus 🍁

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2022 ⏰

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