El príncipe Harry se ve obligado a acoger en palacio al Capitán Tomlinson y toda su familia por un tratado de paz que ha firmado su padre, el rey.
Con la llegada de esta familia al palacio solamente se complican las cosas en la corte, ya que el prín...
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Era la primera vez en meses, se aventurarían a decir que en años, que los cuatro integrantes de la familia real se sentaban juntos en la mesa para desayunar sin ningún motivo que necesitara una conversación urgente.
Pero el rey nunca ofrecía una comida familiar sin segundas intenciones.
—Gemma, vendrán esta tarde a ajustarte el vestido—Comentó sin mirar a su hija.
—Padre, he estado pensándolo y no quiero casarme—Confesó en un acto de rebeldía.
La verdad es que después de pasar los últimos días, casi una semana completa, trabajando mano a mano con las chicas y probar un poco de esa libertad y de lo mucho que podía ayudar con ella, no quería que sus planes fueran una boda con un tipo que no quería. Las chicas le habían infundido un poco de valentía y coraje para luchar también por sus propios derechos y sueños.
—No vas a echarte atrás después de tantos años de compromiso, ya no es momento de decir que no—Respondió tajante el rey.
—En su momento también dije que no. He dicho que no muchas veces durante estos años—Defendió ella.
—No, Gemma, no vas a hacer lo que quieras, tienes una responsabilidad que cumplir.
—Si no se quiere casar solucionaremos las cosas, da por cancelado ese compromiso, cariño—Cedió su madre.
—No puedes hacer eso. No es así de sencillo—Dijo Des elevando el tono de voz.
—Lo que no puedo hacer es casarme cuando no quiero hacerlo—Respondió Gemma—He estado trabajando con las mujeres del pueblo y quiero ayudarlas, he descubierto que es lo que me gusta, y un matrimonio no me dejaría el tiempo necesario para hacerlo.
—¡Me da lo mismo la vena filantrópica que hayas desarrollado! ¡Te casas a finales de año y no se habla más!—Sentenció el rey.
—No lo voy a hacer—Reprendió envalentonada dejando los cubiertos con furia sobre la mesa.
—¿No querrás una guerra?—Amenazó su padre.
—Me da igual la guerra—Sentenció.
No sería la primera vez que habría una guerra y la verdad es que nunca habían perdido una, ya que siempre tenían el apoyo del reino de su madre.
—¿Quieres ver a tu hermano partir a la guerra? ¿A tu anciano padre morir en ella?—Preguntó el rey.
—Yo la lucharía orgulloso si el motivo es la felicidad de Gemma—Intervino Harry por primera vez.
—Mi reino apoyará y protegerá a la futura reina si aquí se la desprecia por decidir sobre su futuro—Apoyó su madre—Pero no enviaré tropas a defender que la hayas presionado tanto que la única solución que ha visto la niña sea una locura. Piénsalo bien, porque si llegamos a ese extremo te enfrentarás solo a la guerra.