El príncipe Harry se ve obligado a acoger en palacio al Capitán Tomlinson y toda su familia por un tratado de paz que ha firmado su padre, el rey.
Con la llegada de esta familia al palacio solamente se complican las cosas en la corte, ya que el prín...
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Lottie se acercó con diplomacia y seguridad al despacho de los reyes. Había pedido una cita con ambos ayer para poder presentar su proyecto con las mujeres del prostíbulo y pedir todo lo que necesitaban para avanzar.
—¿Lista?—Preguntó mirando a su amiga.
La morena asintió y suspiraron cogiéndose las manos antes de entrar.
Tocaron dos veces y esperaron a que les dieran paso, como les había dicho Gemma.
—Adelante—Comentó Anne.
Las chicas se soltaron las manos y entraron en la sala.
—Buenas tardes, altezas—Comentó la rubia.
—Buenas tardes, chicas—Repuso Anne—Sentaos.
Avanzaron y tomaron asiento en la parte opuesta a la mesa.
—Bien—Prosiguió Anne—Ya le he dicho de qué va la cosa, decidme qué necesitáis.
—Necesitamos ofrecerles seguridad—Dijo Lottie—Para que así solo las que quieren hacerlo lo hagan.
—Eso es decir que estamos de acuerdo en que esas mujeres sigan haciendo ese trabajo—Dijo el rey.
—¿Y estás en contra?—Preguntó Anne—Lo que estamos haciendo es dejarlas que decidan si quieren hacerlo o no.
—No quiero sonar irrespetuosa, pero aquí en palacio hay tres cortesanas—Comentó Eleanor.
—¡No permito que hables así!—Gritó el rey.
—¡Pues nosotras no vamos a permitir que se sigan tratando así a esas mujeres!—Gritó El.
—¡Es mi reino!
—¡Precisamente porque es su reino debería velar por todo el mundo que vive en él! No solo por unos cuantos privilegiados—Añadió Lottie.
—Me gusta mucho como pensáis. Si aquí no puede ser, porque la última palabra para esto desgraciadamente la tiene él, hablemos para impulsarlo en mi reino.
—Vamos a hacerlo con apoyo de la corona o sin él, lo único que con vuestro apoyo será más fácil—Respondió la rubia.
—Me encantaría encontrarme contigo para hablar de esto.
—No se va a hacer—Sentenció Des.
—¿Qué os parecería encontrarnos a la hora de la merienda?—Comentó la reina.
Ambas chicas asintieron.
—Genial, podéis marcharos, hablaremos luego.
Las chicas se levantaron rápidas y salieron de ahí.
