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" Siento en mis oídos como el latido de mi corazón va más lento, intentó escapar pero siempre termino entre sus garras."

Ingresar por la gran puerta de cristal le hizo recordar aquella vez que pisó el escalofriante lugar de paredes totalmente blancas con su corazón a punto de escaparse del pecho, acompañado de su madre

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Ingresar por la gran puerta de cristal le hizo recordar aquella vez que pisó el escalofriante lugar de paredes totalmente blancas con su corazón a punto de escaparse del pecho, acompañado de su madre. Pudo sentir como su existencia se hacía diminuta poco a poco bajo las radiantes luces en el techo, se sentía expuesto de esa manera, no había visitado ningún hospital por voluntad propia hace mucho, la última vez fue cuando se desmayó y el tratamiento para su anemia tenía que comenzar de manera urgente, había pasado un largo tiempo desde esa vez, fue inevitable no sentirse feliz y orgulloso de su gran avance, si tan solo pudiera viajar en el tiempo se abrazaría a si mismo para decirle al YeoSang de antes que todo iba a estar bien, que todo iba a mejorar.

Tomó la mano de su acompañante para sentirse más seguro de lo que hacía, había prometido dejar de intentar algo imposible como buscar tener hijos, sin embargo estaban ahí de nuevo, procurando hallar maneras para poder traer integrantes nuevos a la pequeña familia que eran, tener cachorros a su edad era común, normalmente a los veinte años la mayoría de Omegas ya tenían una buena situación económica por el hecho de tener mucho apoyo por parte de sus familias, así que eso les permitía mantener a los bebitos que nacían, sin embargo el desde un principio no la había tenido fácil, es decir, hoy en día no podía quejarse porque contaba con un trabajo estable, dinero y algunos lujos que podía darse de vez en cuando, pero eso no le hacía feliz del todo, porque a pesar de que había salido adelante con muchas cosas materiales, sus emociones continuaban marchitandose.

Tenía a un gran novio a su lado, el fue y es la pieza que lo completó casi del todo, SeongHwa era el amor de su vida, sin embargo un pequeño dolor punzando en su alma se negaba a abandonarlo, de vez en cuando miraba en el teléfono las fotos de su adolescencia con sus padres, es que a simple vista parecían ser una familia demasiado perfecta, si problemas, sin errores, pero poco a poco la cara de la moneda se fue mostrando sin manchas cuando la que era su familia le dió la espalda por completo, su mente empezaba a contaminarse y su estabilidad mental decayó, en ese entonces tenía diecinueve años pero se sentía como un infante en busca de mimos y cuidados especiales.

Darse cuenta de que tener problemas y ser el problema era su realidad fue realmente costoso, así como también lo fue amarse a sí mismo.

Escuchó la voz del enfermero llamar a su nombre para dar aviso de que debía ingresar al consultorio de la doctora, en el lapso de tiempo que tardó en pararse pudo sentir sus piernas tener pequeños temblores, se había encargado no elevar mucho sus expectativas, pues lo más probable era tener las mismas respuesta de siempre; el no podría tener bebés jamás.

Sin embargo intentó mantenerse tranquilo como aconsejó SeongHwa, mismo que también empezaba a sentirse ansioso. El consultorio era como los de siempre, blanco, con un par de stickers en las paredes que daban algo de vida al lugar ambientado con papelotes sobre la fertilidad.

⁄ ⁄   ぬㆍ،،★ ¡OMEGA DEFECTUOSO!  | seongsang ︿ [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora