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" Estudiarse a sí mismo es el arte más difícil. "

Hoy no sería un día cualquiera, SeongHwa se mantuvo pensativo toda la noche mientras su pequeño dormía en su pecho para idear un plan, extrañaba los paseos que daban antes de ser novios, en el tiempo que llevaban de relación también habían salido ...

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Hoy no sería un día cualquiera, SeongHwa se mantuvo pensativo toda la noche mientras su pequeño dormía en su pecho para idear un plan, extrañaba los paseos que daban antes de ser novios, en el tiempo que llevaban de relación también habían salido a unos pocos lugares pero casi por el trabajo no se podía, era fin de semana, así que el día perfecto para visitar el zoológico era este.

Cuando el sol chocó con sus rostros se removieron con incomodidad, frunciendo el ceño y haciendo pequeños pucheros como dos cachorros renegones, el primero en abrir los ojos fue YeoSang, quién al darse cuenta que por primera vez en la semana su novio durmió con el esbozó una gran sonrisa, trepando sobre el cuerpo más grande hasta quedar sentado a horcajadas.

— ¡Hwannie! ¡Hwannie! ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en el trabajo? — Preguntó lleno de emoción, acercándose a dar pequeños besitos en las mejillas contrarias, logrando despertar al somnoliento Alfa.

Llevó sus manos a la estrecha cintura de YeoSang y en un movimiento rápido lo dejó bajo su cuerpo, miró por unos segundos la imagen tan adorable del castaño con un rubor durazno en sus mejillitas y ocultó su rostro en el cuello que desprendía el aroma de vainilla y frutos tropicales.

— Te extrañé mi vida. — Murmuró sobre la tibia piel de esa zona, cuando se encontró con la rosa marca que apenas llevaba unas semanas de nacida no dudó en repartir besitos húmedos sobre ella, sintiendo el relieve de la cicatriz que sus dientes y colmillos habían dejado.

— Yo a ti amor… — Balbuceó YeoSang disfrutando de aquel contacto, llevó ambas manos al cabello suave y despeinado de SeongHwa para comenzar a acariciar mientras que sus deditos se enredaban y jugaban con los mechones sueltos.

La nariz del Alfa viajó con tranquilidad por la barbilla contraria, así hasta que ambas narices se encontraron y jugaron entre sí, dándose pequeñas caricias amorosas. En unos segundos sus ojitos se conectaron, tal y como la primera vez de su acercamiento; YeoSang se sonrojó a más no poder mientras miraba con emoción las acciones de SeongHwa, la magia aún se sentía y jamás se iría, a pesar de que los meses de noviazgo eran largos dejar de ponerse nervioso ante los besos y caricias de su Alfa era casi imposible, los sentimientos permanecerían intactos, ya no era una simple relación porque la conexión era inmensa, el cariño que se tenían no se podía comparar con nada.

Desde el día que el doctor le diagnosticó ser infértil comenzó a ver el mundo con otros ojos. Las personas solían caminar en dúos y tríos, el lo hacía solo. Cuando se sentaba en los asientos traseros del transporte público paseaba su vista por cada pasajero para analizarlos en su mente, casi no encontraba ningún error en ellos, los miraba por largos y torturosos segundos, cada rasgo, cada manera de actuar, sonreír, caminar, hablar, el transporte público se veía seguro de si. Cuando llegaba el momento de decir "bajo aquí" tenía que respirar y preparar su voz un minuto antes de decirlo, todo debía de salir bien.

⁄ ⁄   ぬㆍ،،★ ¡OMEGA DEFECTUOSO!  | seongsang ︿ [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora