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" Si nos educaran para ser felices en vez de ricos, las cosas en lugar de precio, tendrían valor. "

— Quién iba a creer que Yoo Ha-Jin le haría la vida infeliz a su hijo

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— Quién iba a creer que Yoo Ha-Jin le haría la vida infeliz a su hijo. — Un joven de cabello negro y lacio soltaba risas irónicas delante de la mujer, misma quién lo observaba de manera fulminante. — No será fácil, ese Omega tiene marca y para que el lazo se rompa, tendré que marcarlo yo.

— ¿Y? Te estoy pagando lo suficiente para que lo hagas, no quiero que ese marginal siga con mi hijo. — Gruñó sacando un fajo más de dinero de su cartera, lanzándole el rollo al Alfa más alto.

— Tardará unos meses, debo empezar a distanciarlos y aprovechar la ruptura. — Sonrió ladino guardando el dinero en el bolsillo de su pantalón.

— Mañana te daré un currículum falso, entrarás a trabajar a la cafetería, lo reconocerás de inmediato, es un tipo castaño, su piel es pálida y se llama Kang YeoSang, es el más popular de ahí, así que no tendrás dificultades.

— Eso suena mejor. — Bebió un poco de la botella de agua hasta dejarla vacía, así lanzándola lejos de el. — En unos meses tendrás a tu hijo lejos del estéril.

— Bien JongHo, confío en ti, haz bien tu trabajo. — Esbozó una sonrisa. — Y no creas que soy mala, solo lo hago por el bien de mi hijo.

— ¿Mala? Pff, para nada. — Hizo una pausa. — Tu eres una víbora, ya tienes el pase VIP al infierno. — Se burló. — En fin, tu y yo somos iguales, así que no trates de hacerte la buena conmigo, Ha-Jin. — Bufo con pesadez. — Adiós.

Un pequeño castaño correteaba por los pasillos llenos de estantes de la dulcería, con ver los envoltorios brillantes de chocolates y caramelos su humor subía, incluso cuando los escuchaba crugir a la hora de ser abiertos se emocionaba y el hambre ...

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Un pequeño castaño correteaba por los pasillos llenos de estantes de la dulcería, con ver los envoltorios brillantes de chocolates y caramelos su humor subía, incluso cuando los escuchaba crugir a la hora de ser abiertos se emocionaba y el hambre por comer azúcar subía, era delicioso.

En una manito sostenía una canastita celeste de plástico, donde colocaba dos o tres dulces de cada diferente que entraba; tres chocolates blancos, dos de negro, dos paletas de fresa y cinco de uva, un par de cajas de bombones con coco y otro par de menta. A este paso visitaría todos los días al dentista.

⁄ ⁄   ぬㆍ،،★ ¡OMEGA DEFECTUOSO!  | seongsang ︿ [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora