CAPÍTULO 4

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Llegué a los bolos y ya estaba ahí Mathias y Dilian charlando.

-Hola muchachos- les digo saludandolos.

-Hola Al- responde Dilian, dándome un beso en la mejilla.

-Hermano, como éstas?- me dice Mathías saludándome con una mano en la espalda.

- Y Alyx?-, pregunto con duda.

-Aun no llega.

Dilian niega con la cabeza, lo cual confirma que ha llegado.

Donde estará? Si ella llega siempre a tiempo.

-Buenos vamos entranto, quieren?-, nos dice Mathías, -y esperamos adentro, esto está casi lleno y yo quiero jugar ya, que Alyx nos vea adentro.

Dilian y yo asentimos y entramos.

Mathías tenía razón, los bolos estaban casi llenos muchas personas jugando, ya sea por competencia entre algunas empresas y otro sólo por divertirse y pasar la noche.

Dilian se fue a pedir una mesa con pista para así jugar, Mathias y yo nos quedamos esperandola.

-Mira- le digo a Mathias mientras señaló la puerta.

Alyx venía entrando a los bolos, traía un vestido de flores hasta las rodillas, y una chaqueta mezclilla azul, un cintillo que hacía combinación con su vestido.

luce muy bien.

-Hola chicos, como están?- llega ella sonriendo.

-Hola Alyx- le responde Mathías.

-Hola Al-, le digo sonriendo y haciendo una pausa para observarla, -Luces muy bien.

-Enserio?- dice ella mientras sus mejilla se tornan rojas y hacen contraste con su piel blanca.

-Si, enserio- le respondo aún sonriendo.

-Pues gracias, ustedes lucen muy guapos también- nos dice a ambos haciendo notar nuestra vestimenta.

Mathías, llevaba una camisa de botones, un pantalón negro y unos zapatos negros, que lo hacían lucir bien, además de tener su cabello desordenado como siempre.

Llega Dilian y nos envía hacia un lugar de los bolos a cambiarnos los zapatos, todos asentimos y nos vamos juntos riendo y hablando.

Llegó al local donde se cambian los zapatos y llamo al chico, le doy la talla de mis zapatos y él los busca, yo me quedo esperando.

Volteó a ver las pistas de bolos y casi todas están ocupados, sólo quedaban 2 pistas juntas y en una de esa estaba Dilian, programando los nombres de todos en la pantalla.

El chico me entrega los zapatos y me los pongo, agarro los blancos míos y cuando se los voy a dar, escucho una voz muy familiar, volteo a ver y ahí estaba Madelein de espaldas a mí.

-Estoy empezando a creer que me estás siguiendo a todos lados-, le digo mientras dejo mis zapatos para que el chico los guarde.

Ella voltea, me vé y se ríe.

-Ay, ya quisieras tú- dice con un tono de arrogancia.

-No sé de que me quejo, si siempre es un placer verte-, le digo mientras me voy y le guiño un ojo.

Pude notar como sus mejillas se ruborizaron, ella lo noto y volteo rápidamente para que no la viera, pero ya era tarde.

Llegó a la mesa donde están los muchachos y veo la pantalla.

Muy bien, soy el 3ro.

comenzamos a jugar y estamos charlando entre todos, riéndonos y burlandonos cuando fallamos algún tiró.

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