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El capítulo ya está listo!!!

Transcurrieron las horas, todo fluía, todo avanzaba y él continúa estancado en el mismo punto, las voces de los chicos, sus risas, las ramas de los árboles meciéndose con terneza dejando caer sus hojas otoñales al césped

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Transcurrieron las horas, todo fluía, todo avanzaba y él continúa estancado en el mismo punto, las voces de los chicos, sus risas, las ramas de los árboles meciéndose con terneza dejando caer sus hojas otoñales al césped... 

Él era la excepción, no sonreía ni creía estar compartiendo el mismo momento que los demás. 

Y sin darse cuenta un enorme cristal los separaba. 

Yo... ¿Qué estoy haciendo aquí? Si debí morir, ¿por qué estoy en el mismo lugar que ellos?

—¿Crees que cuestionando algo tan simple enmendarás tu error? —no podía ser...—¿planeas limpiar tu mente solo con culpa? Eso es muy poco a comparación de lo que les hiciste.

—K-Kisaki.—perdió su aliento con decir aquel repudiable nombre.

—¿Por qué te sorprendes? acaso planeabas irte al infierno así—carcajadas acompañaban sus deliberadas palabras—claro que no, necesitas un castigo aún mayor.

—¡Cállate! Esto, todo lo que les sucedió fue por tu culpa, tú-

—Entonces, si es así... ¿tenía algún tipo de sentido que te mataras frente a Mikey? —no, no te acerques—Si dices que fui todo yo, esa decisión tuya no tendría sentido ni tampoco la culpa que sientes.

Maldita sea, su razón solo lo envolvía más su ser miserable, aguantó su pena, mordiéndose los labios hasta no sentirlos más y ceñir sus manos a su ropa hasta que encajaran sus uñas y sangrara; dolor... siente dolor y calla.

—Parece que al final te enteraste de mis razones para poseer a Mikey... —porque tenía que estar a su enfrente, detestaba esa mirada en él.—por la cual hice una mierda el mundo y que por más que me detuviste nunca lo lograste. Morí, si... pero nunca los efectos de mi odio. Cada llaga, recuerdo doloroso y todo lo que le hice a ese chico supuestamente invencible.—detente...— No sabes que esta cruz que llevo no es solo mía.

Las risas y platicas alegres al otro lado del vidrial provocaron que volteara y no soportara la presión, sentía que todo se distorsionaba en su lado mientras que ellos resplandecían cada vez más.

Tenía frío.

—Míralos muy bien Hanagaki Takemichi.—el roce de las manos suaves ajenas sobre sus mejillas, los susurros en sus oídos brindándole un calor escalofriante. Estaba cayendo cada vez más.—mira todo lo que quieras, nunca tendrás un sitio ahí para ti y nada de lo que viviste con ellos volverás a recordar una vez que te lleve conmigo.

—N-No...

Lentamente fue arrastrado, más y más lejos; los estaba perdiendo de vista y el frío de su oscuridad ya lo tenía preso, pero ¿podía siquiera objetar? ¿Tenía derecho a hacerlo?

—Vámonos ya... Takemichi, cantemos. Cantemos mucho nuestro dolor en el infierno. 

Ya no controlaba su cuerpo, la grave melodía en el lugar era la voz de Kisaki y el tacto del mismo recorriendo su piel desnuda; y él no se quejaba por ello. Tienes razón.

Mi inocente devoción. ¬¦¦MaiTake¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora