CAPÍTULO 8

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Noah

Cinco días han pasado desde que la vi. Cinco putos días ahí encerrada y asustada. Cinco días que aún no he conseguido sacarla de allí y me odio por ello.

Hoy he quedado con el informático para que me explique un poco como tengo que hacerlo. No le diré el motivo por el cual quiero aprender, no podemos confiar en nadie.

Cuando me subo en el coche de alquiler, oigo como suena mi móvil. Es Alan.

-Dime.

-Han pasado muchos días Noah. Hay que sacarla ya. No sabemos ni si está viva.

-¡Sí que lo está! -digo pegando un grito -Ahora he quedado con Carlos. ¿Nos encontramos a la 13:00 en la cafetería?

-Sí... -contesta Alan

En estos días me he dado cuenta de cuánto quiere Alan a Sarah. No lo muestra porque los tíos somos así, nos hacemos los desinteresados. Él no sabe lo del beso en el aeropuerto y no lo sabrá hasta que no encontremos a Sarah. Ahora no es el momento de cabrearse, tenemos que estar juntos para poder sacarla de ahí.

Salgo del coche y entro en el edificio donde trabaja el informático. Subo unas largas escaleras que se me hacen interminables y abro una puerta donde pone: "Sala de informática"

-Tú debes de ser Noah, ¿no? -dice un chico moreno y un poco más alto que yo.

-Sí

-Yo soy Carlos. ¿En que te puedo ayudar?

-Necesito una cámara y una grabadora.

-¿Puedo saber para qué?

-Para un trabajo de la universidad -miento con la primera excusa que se me viene a la cabeza.

Él asiente y abre un cajón. Saca un aparato super pequeño que me imagino que es la grabadora y seguidamente una cámara negra que también es bastante pequeña.

-¿Sabes usarlo?

-No

Durante una hora nos quedamos hablando de cómo se usa. Me lo explica detalle por detalle y también lo probamos para ver si funciona correctamente.

-Muchas gracias, te la devolveré enseguida.

-Suerte con tu trabajo.

Yo sonrío intentando disimular. Mentir nunca se me ha dado muy bien, pero creo que se lo ha creído. Es mejor ser precavido y no contarle para qué es realmente. Carlos podría trabajar perfectamente para ellos. Mucha gente trabaja para esos mafiosos.

Salgo del edificio y vuelvo a meterme en el coche. Ahora he quedado con Alan y Mario en la cafetería. Hoy es el día. Hoy iré a ver a Mauricio y pondré la cámara y el micro en el despacho donde hablemos. Lo tengo que esconder bien y ponerlo sin que se de cuenta. Luego lo veremos desde el ordenador de Mario en la residencia. Cuando vuelva tendré que quitarles la grabadora y la cámara antes de que se den cuenta de que está ahí

-¿Ya lo tienes todo? -pregunta Alan cuando me ve entrar por la puerta.

-Si. Mario, tenemos que conectarlo a tu ordenador. ¿Lo has traído?

-Si, lo tengo aquí. ¿Irás hoy? -me pregunta Mario entregándome su ordenador.

-No puedo esperar más tiempo, no tienen mucha paciencia.

-Ten mucho cuidado. -dice Alan.

-Eso intentaré.

Le devuelvo el ordenador a Mario. Ya está todo conectado. Ahora solo me toca rezar para que todo salga bien. Esto solo acaba de empezar.

Todo vuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora