CAPÍTULO 2

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Sarah

Caminamos todos hacia la parada de buses y esperamos a que llegue el nuestro. Andando desde la residencia está a media hora, pero preferimos ir en bus para llegar más rápido. Cada vez me llevo mejor con todos los del grupo excepto con Alan claro. Al verle salir de la residencia no he podido dejar de mirarle. Tengo que admitir que iba especialmente guapo y muy atractivo, pero eso no sirve de nada si luego es una persona insoportable. Puede ser que no lo conozca del todo, pero él se muestra de esa forma y a mi no me agrada.

—Venid, ¡la entrada está aquí! —grita Lucas cuando nos bajamos del autobús.

Paula me coge de la mano y entramos junto con los demás. Hay un montón de gente bailando en medio de la pista.

—¡Voy a pedir algo de beber! —digo con un tono elevado sin saber exactamente si me han escuchado.

Espero en la barra hasta que el camarero me atiende.

—¿Tienes 18?

—Sí —digo poniendo los ojos en blanco. Me da mucha rabia no aparentar la edad que tengo.

—Enséñame el DNI por favor.

A regañadientes saco el carnet y se lo entrego.

—Aún no has cumplido los 18, no puedo venderte alcohol. Eres menor.

—¿En serio? ¡Los cumplo este domingo!

—Yo tengo 19, ponme lo que ha pedido esta chica.

Al girarme veo que es Alan con una sonrisilla. Ahora seguro que se burlará de mí toda la semana.

—No sabía que eras menor novata. Aunque mirándote mejor, sí que aparentas tener 16 años. —dice dándome el vaso y riéndose.

—¿También te molesta?

—No, pero dame las gracias al menos.

—¡Eres insoportable!

Al pronunciar esas palabras él se ríe y se dirige donde están todos los demás. ¿No podía ser un chico agradable?

La noche transcurre entre carcajadas y bailes patéticos. Cuando saco el móvil un momento veo que ya son las 4 de la mañana. Me doy cuenta de que tengo mensajes de mi madre que me había enviado las 24:00 dándome las buenas noches. La echo mucho de menos y ella a mí también. Seguramente lo esté pasando mal. Pronto iré a visitarla y le daré una sorpresa, pero tendré que esperar a terminar los exámenes. Me duele bastante la cabeza y por esa razón decido salir fuera para tomar el aire. Me siento en un banco que hay justo en la entrada y en ese instante veo salir a Mario.

—Hola Sarah. ¿Te encuentras mal?

—No solo estaba un poco mareada.

—Ya normal. Mira sé que no nos conocemos mucho pero...

—Un segundo, que Paula me llama a ver si le pasa algo. —le digo interrumpiéndolo.

Cojo la llamada y le pregunto si pasa algo. Me dice que me estaba buscando como una loca y yo le digo que estoy fuera con Mario. Al escuchar que estoy bien, Paula me cuelga.

—Perdona... ¿Qué decías? -digo guardando el móvil.

—Nada que si querías...

—¡Ey chicos nos vamos! —grita Carla.

—Pero, ¿nos vamos ya a la resi? —se queja Irene.

—¡NO! Nos vamos a ver el amanecer —responde Lucas con una sonrisa.

Todo vuelveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora