Field Goal

CAPÍTULO III

3.- DISCUSIONES

JUSTIN

—Por fa, Chloe.

—No.

—Pero...

—Ya te dije que no, pesado.

—¡Piojo!

—¡Deja de llamarme así! —se queja, enojada.

—Y tú deja de llamarme pesado. —le respondo cargando otra caja de las muchas que estaban esparcidas por toda la sala.

Mi tía me había llamado saliendo de la escuela para que la ayudara a cargar algunas cajas que daría en donación antes de irse a su viaje. La hermana de papá siempre había sido un poco alocada al tomar decisiones, por lo que no nos había sorprendido mucho el enterarnos que se iría de viaje junto con mi tío por toda Latinoamérica.

—Ustedes dos, dejen de pelear y ayuden con las demás cajas, —demanda mi tía, mientras llevaba algunos abrigos y mantas entre brazos.

—Me compadezco de la pobre Mavis desde ahora— masculla bajito la castaña.

La miro indignado.

Indignado es poco.

—¿Me estás llamando mal hermano aun cuando la bebé todavía no ha nacido?

—¿Yo? —ahora ella se hace la ofendida— Tu solito te has llamado así.

Paso la caja por debajo de mi brazo y con la mano libre le aprieto un cachete. Ella presta, pero hago caso omiso y sigo recogiendo otra caja.

—Por cierto, ¿a qué hora pasamos a recoger a Telly? —sonrio como un angelito y ella se frota la sien como si le doliera la cabeza.

—Ya te dije que tú no vas.

—¿Cómo por?

—Porque no y ya.

—Porque no, no es una respuesta. —refuto.

Chloe coloca otra caja en mis brazos, y todas estuvieron a punto de caerse si no fuera porque ella la tomó antes de que eso pasara. Casi exasperada la deja a un lado y se cruza de brazos.

—Ya dime, ¿qué te pasa?

—¿Qué me pasa de qué?

—No lo sé, dímelo tú —responde con obviedad— ¿Desde cuándo estás tan interesado en Cristel? Hace menos de una semana que ni siquiera entablaban una bonita conversación y ahora ya hasta la quieres ir a ver a la academia.

Hice una mueca. Yo no estaba haciendo eso.

Si, ajá.

Es decir, ejem... lo hago porque se ve que la pobre la está pasando mal con lo de Landon y todo eso...

—Pues... no lo sé. Es decir, me lo he replanteado y creo que debería llevarme mejor con tus amistades. —miento.

—Ya... —Chloe toma nuevamente la caja y se encamina hacia la puerta— Seguro que el pelotazo te replanteó hasta la existencia.

Sigue caminando y yo yo le piso los talones, muy de cerca. Llegamos a la altura de mi tío Ethan y le entregamos las cajas que traíamos con nosotros. Por otro lado, mi tía ayudaba a acomodar todo en la maletera del auto. Al parecer se iban mañana por la mañana y querían dejar todo en orden.

—Por cierto, niños —mi tía cierra la puerta trasera del auto—. Llamen a su abuela, por la mañana llamó, pero le dije que estaban en la escuela.