Field Goal

CAPÍTULO I

1.- AMOR A PRIMER PELOTAZO

CRISTEL

—¡Te tengo un chisme! —doy un respingo cuando la morena a mi lado cierra ruidosamente la puerta de mi casillero.

—Antes que nada, buenos días para ti también, Chloe. —enarco una ceja en su dirección, acusadoramente.

—Adivina quiénes acaban de terminar su inexistente relación.

—No lo sé... —murmuro mientras coloco la cerradura de mi casillero— Ilumíname.

—¡Es de lo que todo el equipo de básquet está hablando, Cristel! Justin y la bruja piruja de Camile ya no son pareja o lo que sea que han sido los últimos meses—sonríe entusiasmada.

—¿Cómo es que te alegra la desdicha de tu primo?

Rueda los ojos.

—No me alegra —dice muy ofendida—. O sea sí, pero no. Me alegra que Jay-Jay haya terminado con esa bruja.

Chloe se acomoda el enorme —pero elegante— bolso que lleva colgado en el brazo y me toma del brazo para guiarnos hasta la cafetería para recoger nuestro preciado espresso diario. Durante todo el camino me comenta sobre la fiesta que se avecinaba este fin de semana y pregunta cómo van los ensayos para la obra de ballet.

Lo que la mayoría, por no decir todos, esperaban de mí era que luego de terminar el Instituto me dedicara al ballet profesional, sin embargo, decidí iniciar la carrera de Nutrición. Aunque, cabe recalcar que sigo teniendo la leve sospecha de que muchas personas esperan que medite mejor lo del ballet.

—Por cierto, —la voz de mi acompañante me saca de mis pensamientos—. ¿Cómo van los ensayos para la presentación? Mi tía Ellen ha estado estresadisima con todo eso.

—Pues bien, —me encojo de hombros, restándole importancia— David es un buen compañero de baile, no me quej...

—¡David! —chilla en mi oído— David me cae genial, se ve super tierno. Lo apruebo como tu pretendiente.

—¡Chloe!

—¿Qué? —intenta sonar lo más inocente posible—. Ya es hora de superar al imbécil de Landon. Además, sólo te estoy dando mi opinión, en el remotísimo —enfatiza la palabra—, caso que David pudiera llegar a gustarte.

—Sí, ajá.

—Lo digo sinceramente —se lleva una mano al pecho dramáticamente—. Sin segundas intenciones.

—Te odio.

—Me amas, lo sé.

El sonido de notificación de mi celular me obliga a rebuscar entre mis cosas y contestar la llamada.

—Hola mamá, ¿todo bien?

—¡Buen día, señora Sarah! —se entromete mi acompañante.

—Hola a ti también, Chloe —responde mi mamá y coloco el altavoz para que mi acompañante también la escucha—. ¿Podrían hacerle un favor a Ben?

Antes que mi mamá pueda decir algo más, Chloe y yo decimos un rotundo <<no>> al unísono. El último favor que habíamos aceptado hacerle a Ben fue vestir a Chloe de águila para un partido del equipo de básquet porque desafortunadamente el que hacía de mascota, tenía una gripe tremenda.

Mala idea.

Chloe, en uno de sus bailes eufóricos por alentar a nuestro equipo terminó estrellándose con un pobre chico que pasaba vendiendo chucherías a la gente de las gradas. Sin contar que luego de que terminara el partido, casi pasara a mejor vida por deshidratación.