Señorita Felicidad

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El amanecer entraba por mi ventana, y con ello el canto de las aves. Tome un poco de aire.

Y me, estiré en la cama y me levanté, para preparar el desayuno. Bajé hasta la cocina en dónde me encontré a Colton hablando por teléfono.

—Si, claro está semana iré a visitar a mamá. No te preocupes Martín tengo que colgar...

—Buenos días Colton— Le regalé una sonrisa.

—Buenos días Caroline, Disculpa que ya te hablé del viaje, pero tenemos que irnos mañana por la mañana.

—¿Pasa algo? ¿Es sobre la llamada?

—Si había, olvidado por completo que cada otoño visito a mamá y Martín.

—Oh lo siento he retrasado tus viajes.

—No, Caroline no has retrasado nada has hecho mis viajes más divertidos y raros— Dijo Colton lanzando una carcajada.

—Bueno, Caroline me gustaría saber si quieres desayunar afuera, en el pueblo.

—Claro todavía no lo he visitado.

—Entonces vamos.

Acompañe a Colton, caminando por la carretera hablando sobre su vida y sus aventuras reía con él.

Sobre sus tonterías y cosas extrañas, todavía no podía olvidar lo de ayer lo que pasó entre nosotros. Colton, me sigue hablando sobre sus cosas.

Mis pensamientos están bloqueados. Estoy distraída viendo las hojas caer de los árboles el otoño que jamás vi de Canadá...

Estaba feliz de admirar esto, es algo que no se admira todo el tiempo solo una vez al año y sentir esto me alegra mucho.

Colton

Hablaba con Caroline sobre mi vida, y mis aventuras cómo explorador cuando tenía cinco años.

Pero sus pensamientos estaban en otro lugar, su mirada está fija sobre los árboles.

Mirando cada hoja de otoño caer al suelo, esa mirada dulce. Esa mirada de señorita felicidad, es algo que no se admira todos los días.

—Estoy, segura de que le vas a agradar mucho a mi madre.

—Oh. Espero que así sea, que le caiga bien y que sepa que su hijo es horrible como compañero de viaje.

—Ajá muy graciosa. Si llegas a decir eso delante de mi madre, puede costarme la cena junto con el almuerzo de dos días— La risa de Caroline resonó por la carretera.

—Creo que será, mejor no mencionar nada. Eso puede costarte las lentejas.

—Pienso que después de todo la plática, hizo que llegáramos más rápido.

—Oye comamos aquí, para luego enseñarte algo... Colton, y yo nos sentamos en una mesita afuera del restaurante, pedimos algo a la mesera. Mientras Colton me proponía algo...

—Posteriormente de comer y reposar un poco. Me gustaría llevarte a un lugar.

—Puedo, saber. ¿Qué quiere enseñarme el señor Colton?

—Es un secreto, mi linda Caroline.

—Observo. Que tu vida se basa en secretos. ¿Oh me equivoco?

—Para nada, Mi vida es una caja de Pandora que todavía no ha sido descubierta.

—¿Me estás retando? A adentrarme en tu cuerpo y cerebro para saber todo de ti

—Tómalo o déjalo muñeca.

—Opino, que aceptó la... Llegó la mesera, con nuestro pedido antes de yo terminar mis palabras.

—Considero que primero, es comer y segundo hablar. Le, regale una sonrisa a Colton.

Cuando terminamos de comer seguimos caminando para llegar a ese sitio que quería explorar.

—Quiero, enseñarte un lugar. Al cual venía cuando tenía siete años.

—Ok...

—Me refugiaba ahí cuando me sentía solo. Me sentaba en la colina a observar las casas desde abajo y tranquilizar mi enojo con el mundo.

—Creo que es algo muy íntimo, lo que me estas contacto...

—Sí... pienso que mereces saber algo de mí...

—Después, de todo soy tu querido compañero de viaje.

— Y yo. Tu querida mujer de cosas raras...

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2021 ⏰

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