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Las cosas en el Moby Dick se encontraban tranquilas, varios de los tripulantes habían ido por víveres al puerto de la isla, mientras que los comandantes se encargaban de sus respectivas tareas, menos cierto comandante azabache que yacía sentado en la barandilla del barco observando tranquilamente el mar.
Shirohige dio una mirada de reojo a su hijo menor, desde aquel suceso que se había dado, se dio cuenta del cambio en su aura; a pesar de las acciones que en el pasado había tenido él joven pirata, el asesinato no estaba entre ellas.
—Ace, que hemos dicho de estar en la barandilla-yoi.
El menor soltó un bufido al escuchar al mayor, se giro a verle con un pequeño ceño en su rostro.
—Estamos en la orilla varados, el agua de seguro a de llegarme por debajo de las rodillas, cálmate un poco Marco.
El de cabellera rubia oscura chasqueo su lengua con molestia ante el tono del más joven, la mayoría del tiempo el pecoso era educado con cada uno de sus mayores, pero cuando algo parecía atormentar su mente, mandaba a tomar por culo su educación y amabilidad, y se volvía un pequeño cachorro gruñón.
Viro los ojos y se dispuso a marcharse a su habitación para continuar con su papeleo, pero su haki de observación logro sentir la presencia de cierta tripulación liderada por cierto pelirrojo idiota. Con rapidez se giro y miro a su padre en busca de alguna respuesta ante la visita de la otra tripulación.
Ace también estaba confundido ante la presencia de Shanks, pero en este momento realmente no le molestaba intercambiar unos tragos con el pelirrojo, aquello sin duda lo ayudaría a despejarse ante los sucesos de antier.
—El barco que se acerca es el Red Force, ¿cierto? ¿A qué vienen? —cuestiona Haruta bajando a la cubierta con ayuda de una de las sogas.
—El mocoso de Akagami y yo debemos discutir algo.
El pecoso sintió un frio en su nuca, ya se hacia la idea de lo que su padre y Shanks tenían que hablar, y no le emocionaba en lo absoluto.
. . .
Sabo sentado en el mascarón del barco, mantenía su mirada fija en el barco contrario y con su catalejo intentaba en vano localizar a cierto azabache bonito.
