𝐎𝟖

1.9K 237 106
                                    

Nota al final de la historia.

Nota al final de la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La ceja derecha del muchacho rubio se alza ante la portada del periódico, un sonriente muchacho con cicatriz debajo del ojo se hace presente y en el titular se le menciona con su tripulación, Mugiwara le ha declarado la guerra al Gobierno Mundial en Ennies Lobby, si recuerda bien en el periódico anterior se mencionó que finalmente Nico Robin 'la niña demonio' había sido capturada, tal parece el mocoso no se quedó de brazos cruzados.


Si que se está haciendo un nombre en el mar, piensa mientras que niega lentamente y deposita el periódico a un lado, justo a un lado de aquel mini den-den mushi, que permanece dormido tranquilamente; desviando la mirada no puede evitar pensar en el muchacho pecoso, en su brillante sonrisa, en la forma en que sus ojos brillan bajo el sol, en aquellas pecas que llenan su bonito rostro, llevando ambas manos hacía su rostro ahoga un quejido entre estas.


No importa cuánto lo intente, Portgas D Ace no puede abandonar su mente.


Pudo continuar hundido en su miseria, pero el característico sonido de una llamada se hace presente, casi cayendo de la silla se gira a observar el mini caracol, que se encuentra sonando, no puede ser, no está preparado mentalmente para hablar con él y siendo honesto ni siquiera esperaba recibir una llamada tan rápido.


Completamente nervioso piensa en que hacer, levantándose corre fuera de su habitación y se cerciora de que nadie se encuentre alrededor —solo esta él en su pequeño barco, cabe mencionar—, volviendo a entrar se lanza al caracol y recoge el micrófono antes de que la llamada finalice.


Nervioso espera algo, porque está seguro de que si habla el corazón se le va a salir por la boca.


¿Sabo?


Inhalando exageradamente, trata de darse paz mental a sí mismo, debe responder algo, lo que sea.


—Fuera de servicio —¿El periódico podría ahorcarlo? Digo, ¡por lo pendejo que es!


¿Qué? —Y oh no, una suave y dulce risilla se hace presente, la risa de Ace es tan bonita.


Podría escucharla cada día y se sentiría muy bendecido por ello.


—Lo siento, lo siento, estoy algo perdido... 


Oh, entiendo, también me pasa —La mirada zafiro del rubio brilla ante aquellas palabras—, dijiste que estarías viendo algunas islas solo, ¿verdad?

𝐏𝐫𝐞𝐭𝐭𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora