Un encuentro casual

Capítulo 5

Capítulo 5 ||

El incidente en la guarida de las Serpientes dejó a Harry Potter en conflicto.

Una pequeña parte de él estaba complacida de cómo pudo silenciar y humillar a Draco Malfoy todo en un solo movimiento. Enorgulleciéndose de haber demostrado su fuerza a sus propios compañeros de casa intolerantes que no querrían nada más que lastimarlo o avergonzarlo a él y a sus amigos.

Sin embargo, había otra parte de Harry Potter que no estaba contenta. Quería ser un gran mago. Quería hacerse un nombre. Sabía que los grandes magos no podían dejarse engañar tan fácilmente, no podían permitir que sus emociones nublaran su juicio. Necesitaba ser mejor, necesitaba hacerlo mejor. Necesitaba comprender que si se debían tomar medidas, se debían hacerlo en las sombras. ¿No eran ésos los caminos de su casa?

También sabía que los asuntos de Draco y él no estaban resueltos. Su rivalidad solo había empeorado. La amenaza de expulsión de su Jefe de Casa solo se llevó a su dormitorio para proporcionar un refugio seguro de la política y los peligros de su casa. El resto de la amenaza de los profesores Snape expiraría al final del primer período. Lo que significaba que una vez que terminaran las vacaciones, Draco intentaría vengarse y recuperar la ventaja ...

Harry estaba consciente de que desde su incidente en la sala común, los otros Slytherins le habían dado su espacio. No era tan tonto como para creer que era permanente, pero por ahora lo respetaban. Lo respetaban por una acción que ahora él mismo se resentía por seguir. Se enorgullecía de no ser un matón y no quería convertirse en Draco o Dudley. Sin embargo, no podía argumentar que aprender diferentes hechizos para defenderse mejor no solo contra Draco sino contra otros Slytherins era probablemente la mejor solución.

Entonces, cuando Harry, Daphne y Tracey no estaban trabajando en la tarea, comenzaron a estudiar algunos hechizos nuevos, incluido un hechizo de desarme, un hechizo de escudo y un hechizo explosivo. Dado que todos esos hechizos estaban destinados a estudiantes mayores, usar uno de ellos podría agotar a Harry y casi drenar su núcleo mágico. Es por eso que la mayoría de los hechizos más útiles no se enseñaron hasta después del tercer año porque fue entonces cuando los núcleos mágicos y la resistencia mágica de las brujas y los magos crecieron.

Septiembre y la mayor parte de octubre pasaron rápido para Harry, Tracey y Daphne. Sus asignaturas se estaban volviendo más difíciles y la carga de tareas acumuladas hizo que el trío de Slytherin se reuniera en la biblioteca la mayoría de las noches. A veces se les unía un tímido Neville que trabajaba en silencio. Harry estaba contento de poder mantenerse al día con la mayoría de sus clases, pero tenía poco tiempo para revisar los temas posteriores que se cubrirían en las clases.

Fue en la mañana de Halloween cuando un abatido Harry, Tracey y Daphne se dirigieron al Gran Comedor. Harry sabía que este era el aniversario de la muerte de sus padres y no estaba de humor para celebrar la festividad. Ni siquiera el olor a calabaza horneada pudo levantarle el ánimo mientras él y sus amigos se dirigían al otro extremo de la mesa de la casa.

"Entonces, ¿qué querías hacer esta noche?" Preguntó Daphne. Eran conscientes del estado de ánimo deprimido de su amigo y ambos estaban decididos a tratar de animarlo.

"¿Qué tal si embrujamos las calabazas para que caigan sobre Draco y sus matones?" sugirió una sonriente Tracey.

Harry sonrió, sorbiendo su jugo de calabaza. "Creo que solo voy a ir a la biblioteca".

"Comenzaremos a levitar objetos pronto", señaló Daphne, refiriéndose a su profesor de Encantamientos que había creído que los primeros años estaban listos. La perspectiva había emocionado al trío de Slytherin mientras que su amigo de Gryffindor, Neville, no compartía su misma confianza y no había estado ansioso por trabajar en el nuevo hechizo.