Pokeshipping week 2021

6. Ash sabía que le gustaba Misty desde el principio.

Observa el cielo estrellado de Sinnoh con cierta nostalgia, es diferente al que ha visto en las otras dos regiones, pero no por ello deja de ser agradable. Juega con el anzuelo de Misty entre sus dedos, antes de alzar el pequeño adorno frente a sus ojos y admirarla con cierto cariño.

La quiere y mucho.

Es complicado evitar que su rostro se caliente cuando piensa en su amiga, todos los recuerdos sobre ella le hacen feliz y su pecho siempre se siente cálido, el silencio al momento solo recalca la falta que le hace, no importaba donde, siempre que dormían al aire libre ella estaba ahí, acostada en su propia bolsa de dormir a su lado, a pesar de que se exponía al riesgo de despertar con un tipo bicho al lado de su rostro, eso no la disuadía lo suficiente como para dormir dentro de una casa de campaña, así que era normal que se quedaran hablando hasta tarde, casi siempre en voz baja para no molestar a Brock o a Tracey.

Sabe que aún no tiene la edad suficiente como para gritar a los cuatro vientos sus sentimientos, si lo hiciera, muy posiblemente no fuera a ser tomado en serio, así que decide seguir esperando, cierra los ojos con tranquilidad mientras presiona el anzuelo de Misty cerca de su pecho.

Es complicado viajar sin ella cerca, aunque más lo era hacerlo y no poder decirle que le gustaba, prácticamente, desde el primer momento en que pudo prestarle toda la atención posible, cuando lo piensa, no puede evitar añorar haberse enamorado de ella el primer momento en que la vio, pero había tantas cosas de por medio en ese momento que ni a los ojos había podido verla.

Y vaya ojos más bonitos tiene.

Inconscientemente se acurruca contra el objeto encerrado en su mano, sonriendo ante el recuerdo de todas y cada una de las veces que se han mirado fijamente, enojados o no, su expresión, su voz... El brillo en sus ojos, todo valía la pena, sobre todo cuando su propia lengua conspiraba en su contra y terminaba soltando más cosas que terminaban haciéndola enojar.

Respira profundo, mientras siente que lentamente se está quedando dormido, con el recuerdo de su querida pelirroja en su mente, algún día le diría cuanto le gusta, justo como ha sido desde el principio.