5. Mudarse juntos.

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No hay vecinos cerca de donde viven, la casa que recién acaban de comprar es algo similar a donde Ash y su madre han vivido toda la vida, en un lugar abierto sin tantos edificios alrededor y donde sus posibles hijos podrían tener un agradable acercamiento tanto con la naturaleza como con los Pokémon.

El lugar era perfecto en sí, lo que habían buscado durante casi un año y al que estaban listos para mudarse en cualquier momento, excepto, claro, que no importaba cuantos años pasaran, había ciertas cosas que probablemente jamás iban a cambiar.

—¡Te dije que tomaras las llaves Ash!

—¡No es cierto, tu dijiste que las tomarías!

El camión de mudanza sigue esperando con cierta paciencia a que terminen de pelear frente a la puerta de su nueva casa, la cual permanece bien cerrada después de darse cuenta que ninguno de los dos traía las llaves para abrir la mencionada puerta.

—¡No mientras Ash, antes de salir te recordé que las tomaras!

—¡Tu sola te confundes Misty, no las soltaste en ningún momento, de seguro las dejaste en algún lado!

Se siguen señalando el uno al otro, ignorando por completo a las personas de la mudanza que esperan a ver si la puerta será abierta o tendrán que esperar en lo que alguien va y vuelve con las mencionadas llaves para poder realizar la mudanza como era debido, aunque a la gente en el camión mucho no le importaba que la parejita siguiera discutiendo, al final ellos ya habían cobrado, tendrían que pagar un poco más si tenían que volver, bajar las cosas y traerlas otro día.

—¡Basta Ash! Mejor dejemos de pelear y ve rápido a la casa de tu madre, no podemos tener a la mudanza esperando. —pone un alto a la discusión cuando se fija casualmente en los de la mudanza que, justamente en ese momento, parecía que habían comenzado a quedarse dormidos.

—Si, si, si —saca una de sus Poké ball para liberar a un tipo volador y poder realizar el recorrido lo más rápido posible—, ya vengo, ya vengo.

Les toma media hora más comenzar con la mencionada mudanza y si los trabajadores estaban advertidos de que sería una pareja un poco complicada, no se esperaron que lo fuera demasiado. Entre ponerse de acuerdo en cuál sería su habitación, hasta como acomodar los muebles que traían consigo en el camión, todo había sido una constante discusión de principio a fin.

—Terminamos. —dejo salir un suspiro, dejándose caer en uno de los sillones, aun había cajas alrededor de ellos, pero se supone que cada cosa ya estaba en donde debería.

—Si, al fin. —esta igual de cansada que Ash cuando se sienta en otro sillón, mirando el techo solo puede pensar que tienen que terminar de desempacar las cosas de su habitación si piensan dormir arriba.

—¿Qué te parece la casa? ¿Aun es de tu gusto? —pregunta casualmente, llamando la atención de su esposa sin problema, la cual sonríe ante sus ojos, lo que ocasiona que él también lo haga.

—Me sigue encantando, es verdad que el gimnasio me queda lejos caminando, pero con un tipo volador se soluciona —había sido una discusión constante mientras buscaban casa, entre elegir un lugar con patio suficiente hasta estar cerca del gimnasio o de la madre del muchacho, dar con la que podría ser su casa había sido tan difícil—, ¿Tu madre dijo algo cuando fuiste por las llaves?

—No mucho, solo se rio y dijo que no era necesario que nos mudáramos. —sospecha un poco que la desaparición de las llaves había sido cosa de su madre, que realmente no quería soltarlos hasta después de ver a su primer nieto.

—Mis hermanas la comprenden, ellas querían que viviéramos en el gimnasio. —aun piensa un poco más sobre ello, seguía son sonar mal la idea de vivir en donde había estado toda su vida, pero dos de sus hermanas ya lo hacían y estaba seguro, que el momento en que se casaran, serian demasiados bajo un mismo techo.

Se miraron durante un momento, disfrutando del silencio del lugar, conscientes de que por primera vez y después de mucho tiempo, finalmente estaban solos, eran únicamente ellos dos y esto sería de ahora en adelante.

—¿Tienes miedo? —pregunta después de algunos minutos, a pesar de que estaban concientizados de esta soledad, no esperaba que se fuera a sentir tan rápido.

—No, ¿y tú? —hay un poco de ansiedad en su respuesta, aunque como siempre, intenta demostrar que es más fuerte de Ash sobre cualquier clase de situación, después de todo, uno de los dos debía de serlo.

—No si estás conmigo. —la señala con ambos dedos índices, luciéndose junto a sus palabras y provocando un sonrojo inmediato en su querida esposa, la cual se levanta rápidamente del sillón antes de señalar el techo.

—¿Me acompañas a terminar de desempacar las cosas en nuestra habitación?

No hay una verdadera insinuación en la invitación, pero Ash no tarda mucho en abandonar su asiento y seguirla por las escaleras hacia la planta superior.

Al final, mudarse juntos no era tan mala idea.

Pokeshipping week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora