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Smiley y Ran bajaron a su piso y al llegar al departamento afortunadamente ya no había ningún ruido que les perturbara. Se bañaron y arreglaron por separado, y Nahoya se puso a preparar el desayuno para todos. A mitad de la preparación vieron como Rindou salía del cuarto y se metió al baño. 15 minutos después había tres platos servidos en la mesa. 

Ran y Smiley comían en silencio, el primero algo avergonzado y el segundo como si no hubiera pasado nada. Rindou simplemente se sentó en el puesto sobrante murmurando un bajo 'Buenos días'. 

—Linda mañana ¿no?— Fue lo único que pronunció Nahoya, a lo que el Haitani solo asistió con la cabeza empezando a comer. 

Ya casi terminaban su desayuno cuando del cuarto sale el menor de todos caminando con dificultad. Este traía simplemente una camisa que no era de su talla encima —Naho ¿qué hay de comer?— Preguntó llegando a ellos. 

—Huevos, café y sándwiches, pero primero ve a limpiarte antes de ensuciar las sillas— Ordenó apuntando al baño. 

—Moo pero tengo hambre— Se quejó el menor haciendo un tierno puchero a ojos de los hermanos pero no de su gemelo. 

—No me importa, esta es una casa decente así que a limpiarse— Ordenó llevándolo al baño y metiéndole ahí. 

20 minutos más tarde Souya volvió al comedor con cara de pocos amigos y el ceño aún más fruncido que de costumbre —¿Ahora si puedo comer?— Preguntó sarcástico. Smiley lo vio serio, reprendiendolo con la mirada por esa forma de hablarle y puso la comida enfrente. Cuando ya le falta solo un sándwich para terminar pregunta —Hermano, ¿será que hoy puedo faltar al trabajo? Me duelen mucho las caderas y siento que si paso mucho tiempo de pie me voy a caer—

Los Haitani estaban en la sala pendientes de la interacción de los gemelos después de esa sorprendente mañana. Ran le había dicho con la mirada a su hermano que Smiley ya sabía todo y que no se pusiera a jugar con fuego si no quería que su cuerpo apareciera por partes en toda la ciudad. Rindou por su parte estaba muerto de ternura con los ojitos dulces que tenía Angry mientras pedía el favor a su hermano, en definitiva sería imposible negarle algo a ese dulce algodón. 

—No te vas a saltar el trabajo simplemente porque no pudieron controlarse y se la pasaron como conejos en celo. Ya eres todo un adulto y como tal debes responder por tus acciones— Negó cruzándose de brazos. 

Souya hizo un puchero y Rindo casi se levanta a darle un pico en esa hermosa boquita —Puedo hacer un turno doble la semana entrante y tú descansas— Intentó negociar. 

—No Angry, ninguno de los dos podemos faltar, porque o si no quien va a cocinar. Recuerda que ambos nos turnamos la estufa— Descartó la idea. 

El menor lo pensó y cuando no vio otra salida agachó la cabeza —Um bueno pero ¿me haces un masaje? En verdad siento las piernas como gelatina— Pidió. 

—Bueno, termina de comer y te hago un masaje— Dijo con calma acariciando los cabellos azules —Ne Rindou— Llamó —Cambia las sábanas de la cama y ventila ese cuarto— Ordenó bastante frío. 

—Claro Don Smiley, sus deseos son órdenes— Respondió con sarcasmo levantándose del sillón. 

—Escuchame idiota— Lo paro —La única razón por la que no te cojo de tiro al blanco con mis cuchillos es porque a mi pequeño Sou le gusta tu verga y estaría triste si solo puede jugar con ella 1 vez, así que no te pongas de pendejo porque para cabron— lo señaló a él —carbón y medio— concluyó señalándose a sí mismo. 

El ambiente estaba tenso y Angry quiso romperlo de alguna forma, se acercó a su gemelo y lo tomó del brazo para llamar su atención —Naho ¿de casualidad no tendrías algo que me refresque la garganta? Me duele un poco— Pidió suave. 

Kawata Twins, Haitani BrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora