17. El plan sin fallas de Beatriz

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Nada había salido como Beatriz, Ziggy y Joy lo planearon. Al final del día, Norman había vuelto a su hogar sin tomarse los jugos mágicos que Beatriz le preparo.

Beatriz juraba que Norman ya estaba bajo los encantos de Ziggy, cosa que afecto a Joy, quien dijo que no podría soportar ver a los hermanos Colin peleándose por el amor de Ziggy.

Beatriz y Joy volvieron a sus casas, no sin antes acordar verse al día siguiente cuando las clases terminaran para armar un nuevo plan.

—¿No es mejor hacer un grupo de WhatsApp y ponernos de acuerdo por allí? —les preguntó Ziggy, al escuchar la idea. Beatriz se cruzó de brazos y chasqueo repetidas veces la lengua.

—Las brujas no operamos así —contestó Beatriz, ocultando el hecho de que ella había borrado WhatsApp para descargar Pou.

—Pero sería más fácil…

—Nos veremos mañana a la salida, punto final —sentenció Beatriz.

Ziggy sentía una gran intriga por saber que se armarían al día siguiente, pero debía estar ocupado en otra cosa, pues comenzaría sus planes de enamorar a Harper de la manera tradicional.

Compró una pequeña caja de bombones bañados en chocolate y se perfumo bien antes de ir al instituto. Sus conocimientos sobre conquista era demasiado básicos, pero tenía fé en si mismo.

Desde antes de entrar a las instalaciones escolares, se empeñó en buscar a Harper. Lo encontró de camino a su aula, así que apresuró sus pasos hasta alcanzarlo.

—Harper, buenos días —lo saludó Ziggy, tratando se sonar casual. Se pasó una mano por la frente para quitarse el sudor, pues sintió que eso podría delatar a sus crecientes nervios.

—¿Estás bien? —le preguntó Harper, deteniendo el paso. La sonrisa que Ziggy formó se esfumó al ver cómo Harper arqueó ligeramente las cejas— No contestas mis mensajes ni mis llamabas.

—Ah, bueno, es que… verás. —Ziggy se sintió perdido, había olvidado por completo el como ignoró a Harper dias seguidos debido a la traición que sintió al enterarse que le hizo un amarre—. Ocupaba tiempo para… para algo.

Harper frunció ligeramente el labio inferior. No sabia que estaba pasando en la vida de Ziggy, y estaba claro que éste no quería contarle, pero no le gustaba la idea de quedarse sentado a esperar que todo mejorará. Comenzaba a cansarse de la situación.

—Ziggy, ¿todavía somos algo? —le preguntó Harper, teniendo los labios curvados en una pequeña sonrisa. Norman le había metido tanto la idea que seguramente él y Ziggy ya no tenían nada, que necesitaba aclarar las cosas.

—Sí, claro. ¿Por qué no lo seríamos? —contestó Ziggy, sintiendo como su estomago se volvía un desastre y sus manos comenzaban a sudar.

¿Acaso Harper estaba por terminarlo? No podía ser posible. Tomó algo de aire, metiéndose en la cabeza que su relación no podía terminar de una forma que no fuera un final feliz.

—Te traje bombones —informó el castaño, alzando las manos con la caja de dichos dulces. Se esforzó por formar una sonrisa.

Harper tomó esos dulces como una señal de que las cosas irían por buen camino, ya que era la primera vez que Ziggy le regalaba algo.

—¿Quieres pasar el receso conmigo y los chicos del equipo? Creo que se llevarían bien —lo invito Harper, dándose la libertad de rodear los hombros de Ziggy con su brazo antes de retomar su camino—. Desde que Joy se obsesionó con encontrar a una bruja, me la he pasado con ellos.

Me amarré al Harper equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora