16. El sacrificio de Joy

278 69 97
                                    

Ziggy acarició la cabeza de Timothy Chalamet, ignorando la caótica escena que tenía enfrente. Él, Joy y Beayriz habían acordado verse en casa del castaño en hora de escuela para buscar una manera de arreglar el descuido de Joy, pero dos de ellos no se estaban tomando bien las cosas.

—¡Cállate, Joy! —le grito Beatriz, lanzándole una almohada de Ziggy— ¡Eres un imbécil, eso eres!

—¡Tú eres una loca, y hueles feo! —exclamó el pelirrojo, antes de quitarse un zapato y tirarselo a Beatriz en la cara. Cuando el zapato calló al suelo después de impactar en Beatriz, ella lo recogió y se lo tiro a su dueño.

—¡Es olor a romero, inculto! —le contestó ella— ¡Y es mejor oler a romero que ser un idiota que se duerme en medio de una misión importante!

—¡¿Ahora es mi culpa?!

—¡Siempre fue tu culpa!

—¡Me largo! ¡No voy a ayudar a una neurótica como tú! —soltó Joy, antes de darle la espalda— ¡Ziggy y yo arreglaremos las cosas por nuestra cuenta!

Esta vez Beatriz fué quién se quitó el zapato, para lanzarlo a la espalda de Joy.

—¡Ziggy se queda conmigo! —sentenció ella.

—¡Estás loca si crees que te dejare a Ziggy! —exclamó Joy, antes de agacharse para quedar a la par de Ziggy, quien estaba sentado en el suelo— Es hora de irnos, compañero.

—Pero ésta es mi casa —dijo el castaño, sintiendo unos nervios tremendos al ver cómo Beatriz había tomado entre sus manos un bat de béisbol.

Antes de que Joy pudiera ver hacia atrás, Beatriz le dió un severo batazo en la cabeza.

—¡Beatriz! —gritó Joy— ¡¿Que te pasa?!

—Al menos tomaste el bat de hule —dijo Ziggy. La expresión de Beatriz le hizo a entender que sus intenciones no habían sido buenas.

—Tú y yo, Joy. Arreglemos esto como brujas —bufó Beatriz, tirando el bat, con la mirada clavada en el aludido.

—¿Que vamos a hacer? ¿Leernos las manos? —rió Joy, encarando a Beatriz.

Sin pensarlo, Beatriz le dió un puñetazo a Joy en la mejilla. Rápidamente el contrario se lo regreso.

—¡¿Pueden parar?! —les rogó Ziggy, viendo paniquiado como su amiga y Joy se agarraban a golpes tirados en el suelo.

Ziggy trató de tomar a Beatriz de la cintura para que dejara de propinar golpes al rostro de Joy, los cuales siempre eran regresados, pero se alteró al ver cómo su amiga comenzó a morder el brazo de su contrincante.

—¡Ay, ya! —exclamó Ziggy, desviando la mirada de tremenda escena— ¡Llamaré a la policía!

—Muerete, maldito —escupió Beatriz, teniendo el cuello de Joy entre sus manos.

Joy se la quitó de encima con un brusco movimiento. Ahora era Beatriz quien tenía la espalda contra en suelo y, aprovechando su ventaja, Joy se lanzó sobre el estómago de ella, sofocandola.

Ziggy estaba listo para correr por ayuda, pero la puerta de su habitación fué abierta por Sebastián sin ninguna clase de aviso.

—¿Que traen estos? —cuestionó Sebastián, viendo como el par de adolescentes trataban de molerse a golpes.

—¡Separalos, por favor! —le pidió Ziggy, siendo esa la primera ocasión en la que no miraba a Sebastián con desprecio.

Sebastián frunció los labios, después se acercó a ambos adolescentes. Trató de mover a Joy para quitárselo de encima a Beatriz, pero la peliteñida le patio la cara.

Me amarré al Harper equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora