Capitulo 3

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Es más pequeño  de lo que pensaba.

Tu crees que mis padres iban a ayudarme económicamente después de haberme escapado de casa y haberlos metido en prisión?—Y aunque la hubiesen ayudado ella podía valerse por sí misma, su gran intelecto le fue de ayuda al conseguir un trabajo. Y si tuviese todo el dinero del mundo tampoco se hubiese dado muchos lujos, lo consideraba innecesario.

Buen punto.—Se paseó por toda el departamento observando la decoración. Dándose cuenta de la falta de plantas que tenia Blight.—Se nota que no eres buena con las plantas.—Dijo observando una maceta con una planta muerta.

Acabo de recordar que tenia esa planta ahí.

Willow solo dio un suspiro, saco la planta muerta y la tiró. —Solo no olvides esta ¿si?.

—Lo intentaré, los estudios me tienen consumida y me olvido de todo. Si no fuese por Luz tampoco comería.

¿Cómo que Luz?

No se dio cuenta de lo que dijo y solo soltó una risa nerviosa. Tenía que inventar algo para que no pensara que estaba loca.

—Ehhh Luz, ya sabes ehhh. La que cuida a mi gato c-cuando no estoy.

—¿Y ella te prepara la comida a ti también?—Dejo la rosa ya colocada en la maceta y dirigió su vista a la peliverde.

C-claro cuando yo vuelvo me deja preparado el a-almuerzo.—Willow era perceptiva en el lenguaje corporal de los demás, sabia perfectamente que Amity estaba mintiendo pero no hizo preguntas.

A todo esto, Luz observaba le escena con una sonrisa en el rostro. No podía negar que la peliverde era bonita cuando se sonrojaba, su piel blanca casi pálida le resaltaba sus pómulos rojizos y le causaba mucha ternura.
Comenzó a sentir cierta nostalgia de todas estas características, sentía que ya conocía a alguien así pero no podía recordar quien. Los ángeles no son conocidos por su mala memoria, por lo que asumió que seguro la estaba confundiendo con otra persona de su pasado.

Hey Ghost, ¿Qué pasa?—El gato se frotó y acurruco contra el ángel sentado en el sillón. No le parecía novedad el hecho de que el gato pudiera verlo y tocarlo, comúnmente los ángeles usan a los gatos para darle amor y la compañía a las personas que mas lo necesitan, y hasta cierto punto los gatos regalan mensajes o enseñanzas a sus cuidadores. Como una especie de puerta entre ambos mundos.
Volvió a mirar hacia las antiguas amigas y vio que estas se encontraban en la mesa de la cocina charlando, al parecer se ponían al tanto de lo que sucedió con la vida de la otra.
Luz era un ángel sumamente curioso y chismoso, por lo que no dudó un segundo en acercarse a escuchar.

Si, fue gracioso ver la cara que pusiste ese día que el profesor te sacó tu estrella de mejor estudiante.—Ambas se rieron.

Por favor no me lo recuerdes.— Amity hasta cierto punto le gustaba recordar su pasado en la secundaria, cuando lo mas importante para ella era mantener su estrella e iba de aventuras con sus amigos. Pero siempre estaba esa parte de la historia que aunque prefiera no recordar siempre aparecía.
Willow había parecido notar el cambio de estado de la peliverde. Por un momento pensó que había dicho algo mal, pero las memorias golpearon su cabeza también. Hubo un pequeño silencio, que la de lentes decidió romper.

La sigues extrañando, ¿no?—Amity quería negarlo, para ella esa castaña que amó durante sus años de secundaria fue la mejor etapa de su vida, no podía negar el hecho de que le seguía doliendo su desaparición. Se fue, sin avisar, nadie supo nada mas de ella hasta ahora.

No puedo negarlo.—bajó la mirada.— Pasaron varios años pero para mi todavía esta ahí en algún lado. Me niego a pensar que este muerta.—Sus dedos jugaban ansiosos con la oreja de la taza de té que tenia entre manos.

Pero, no puede ser que después del tremendo operativo que se hizo para buscarla no apareciera, la isla no es muy grande. Amity, capaz sea momento de aceptar que...—La contraria dio un golpe fuerte en la mesa.

—¡NO!—apretó su puño con fuerza.—Ella sigue ahí, en alguna parte. Yo lo se.—Tenia su cara casi tocando la superficie de la mesa, estaba llorando, de nuevo. Odiaba llorar por esto, ella siempre pensó que era una chica fuerte luego de escapar de su casa. Quería superar ese pasado que tanto la atormentaba pero nunca lo logró, sus sueños siempre le recordaban esos cabellos castaños y ojos cafés que nunca dejó de amar en su vida. Ella había sido la única persona en la que confiar, la única persona que la hacia sentir amada y acompañada. Tuvo varios intentos de suicidio luego de que el operativo de búsqueda falló, no podía vivir sin ella.

Willow se puso de pie y se acercó a Amity para consolarla. Sabia que seria difícil de superar su perdida, ella le insistió muchas veces en que vaya a terapia para poder superar y mejorar la situación, pero Amity siempre se negaba. No quiso insistir mas pero siempre mantuvo su idea.

El ángel miraba desde el marco de la ventana, toda esta historia le parecía familiar pero seguía sin poder recordar de donde.
Caminó lento, pensativo hasta la habitación de Amity, no se había dado cuenta del olor a frutas que desprendía, desconocía si Amity tiraba algún ambientador, pero un vistazo rápido a su habitación le confirmaba que no.

Su escritorio se veía lleno de papeles, y por no saber que mas hacer comenzó a ordenarlos. Era lo esperado, trabajos prácticos y mucha información que desconocía sobre empresas y administración. Por lo menos estaban todas las hojas enumeradas, por lo que no le tomó mucho tiempo para terminar de ordenar las hojas en distintas carpetas y folios.
"¿Para que tiene folios si no los usa?"—pensó.—Recorrió con la vista lo demás que tenia en su escritorio, en los estantes de arriba habían varios tomos del manga de Death Note. Pero lo que en verdad llamó su atención fue una carpeta que tenia una L en el lomo.

Que haces viendo mis cosas Luz.—Amity entró abruptamente.

Luz se dio la vuelta asustada. —AH! perdón Amity, vi mucho desorden en tu escritorio y como estaba aburrida quise ordenar.

Hm bueno, pero no revises mucho. Hay cosas que no quiero que veas.

¿Willow ya se fue?— se sentó en la cama.

Si, sus papás la llamaron por algo urgente.—se sentó alado de Luz.

—¿Quieres que cocine algo?— pregunta el ángel.

Amity lo pensó un poco.—Nah, no tengo hambre. Voy a dormir.

Y así como estaba se acostó a dormir, ciertamente se sorprendió de su facilidad para dormir. Al poco rato de decirlo, Amity ya estaba totalmente dormida. Luz desconocía si era común dormir de esa manera, es mas, desconocía que era dormir. Los ángeles no necesitan descansar.
Se preguntó a si misma que se sentirá acostarse y soñar, pero primero quería que Amity estuviera cómoda con ella durmiendo a su lado. 

Lo dudó un poco, pero comenzó a desabrochar la campera que llevaba la peliverde, así no pasaba calor en la noche. Bajaba el cierre despacio, con cuidado de no despertarla, Amity llegaba a verla de esa manera y definitivamente la echaría de la casa

Se detuvo cuando se dio cuenta que no llevaba nada debajo, sus pómulos enrojecieron pero al instante subió el cierre de nuevo, que, para su mala suerte se trabó a mitad de camino.

—Mhg.— Amity se ladeó en su lugar mientras que Luz estaba luchando para que su corazón no se saliera del pecho.

"Será mejor que la deje"

Caminó hasta la sala, se acostó en el sillón y miró al techo. Pensó en imitar lo que hace la gente, cerrar los ojos y...soñar? Asumió que así funcionaba. Y eso hizo.


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Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora