Luz, un ángel curioso es enviado a la tierra como ángel guardián de Amity, cuya vida universitaria es cualquier cosa menos algo divertida. Luz llega para romper la monotonía de su vida, y sin quererlo, a sentir emociones humanas que solo sabía ver d...
—Luz, ¿Qué haces en la ventana? va a entrar el viento.—dijo Amity al ver como los papeles de su escritorio amenazaban con salir volando. El ángel volteó su cabeza hacia dentro de la habitación viendo a la peliverde en su pijama habitual, siendo un desastre básicamente. Ese típico momento donde ella diría "me veo horrible" pero para los ojos de Luz era mas lindo que un gol de Messi.
—Le diré a el viento que no entre.—Quizá se quedo viéndola mas tiempo del que debería, si no hubiera sido por ello no habría notado el semblante inseguro que tenia Amity en ese momento, vaciló si comentar al respecto por no querer incomodarla, pero después de todo era un ángel y la preocupación le ganó. Se bajó de la ventana y la cerró detrás de si, se acercó a Amity y la tomó por las manos con tanta delicadeza que parecía que se rompería en cualquier momento.
—¿Todo bien Amity?—La peliverde vaciló antes de hablar, apretó las manos de Luz tratando de retenerse.
—Oye Luz ¿Puedes prometerme una cosa?—Su cabeza se mantenía baja. Luz ladeó levemente su cabeza hacia un costado, confusa.—Prométeme que nunca me dejarás sola.—Estaba demasiado acostumbrada a dejar a las personas atrás, rogarle a alguien para que se quedara nunca estuvo en sus planes.
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La habitación de por sí se encontraba silenciosa, pero el ruido abrumador del silencio sacaba de sus cabales a Luz, que lo único que quería en ese momento era abalanzarse sobre Amity para no soltarla nunca. Su corazón latía con fuerza sintiendo el fuerte agarre en sus manos, sus pupilas brillaban más que el sol de la ventana y mentiría si dijese que no tuvo ganas de llorar en ese instante. Una orden de la persona menos esperada, conocía a Amity lo suficiente para saber que este tipo de peticiones no eran para cualquiera; estaba exponiéndole su lado mas vulnerable. La peliverde se sintió débil en su lugar, viéndose reflejada en las pupilas de Luz apretó un poco mas su agarre.
—Soy un ángel, no tengo permitido...
—No, Luz.—la interrumpió.—Tú dime que vas a quedarte. No Luz ángel, quiero que mi Luz me lo diga.
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Se tomó un momento para procesar-sin saber si darle mucha importancia a que la haya tratado de suya-sabía que lo único que quería Amity en ese momento era toda su honestidad y eso le daría.
