Cap 2.

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El omega espero toda la tarde, hasta que su cuerpo empezó a resentir la falta de comida, habían pasado dos días desde que había probado alimento, sentía mareos debilidad, creía en la posibilidad de morir de hambre. Ese si fuera una muerte horrible pensaba. Escucho a lo lejos que abrieron la puerta, trato de reaccionar con mucho esfuerzo, se asomó detrás del buró donde estaba.

Y lo vio, el Rey estaba sosteniendo la puerta mientras dejaban pasar una bandeja con comida y la ponían en la mesilla alado de la cama. El rey estaba de espalda vestido con una túnica hermosa y brillante color negro. Jimin trató de enfocar notando su imponente figura.

Otro mareo lo volcó y tubo que recargarse en la pared. Escuchó que cerraron la puerta, regreso a esconderse cerrando los ojos. Escucho pasos cerca de él, se detuvieron a su lado.

Escucho un golpe seco, al parecer había pateado el baúl, Jimin trató de abrir los ojos y vio unas botas lustradas, unas piernas enfundadas en un pantalón blanco de lino, su chazarilla era negra con rojo, la capa negra que lo adornaba, por dentro tenía terciopelo rojo, después con algo de timidez vio su rostro, el Rey ahora lo miraba despectivamente, pero él ya estaba acostumbrado al desprecio, observó su rostro y se percató del cambio que había sufrido, ya no era el muchacho que había conocido años atrás, ahora era un hombre con el semblante de malvado y cruel, el rictus de sus cejas no hacía más que darle un aire aterrador.

- Rey. - Jimin trató de sonreír, pero podría apostar que parecería más una mueca, hizo una reverencia que casi le cuesta un desmayo. - Me han traído hacia aquí, me podría decir cuál será ahora mi lugar para descansar. - Jimin tenía la boca seca y las últimas palabras apenas se escucharon.

- Omega, que deplorable te vez- eso fue todo lo que le dijo antes de dar la vuelta y desaparecer de la vista de Jimin.

El omega, había gastado la última energía que tenía su cuerpo así que solo se recostó, jalando su baúl, haciendo un pequeño espacio entre este y la pared. Cerró los ojos y se desmayó una vez más como incontables veces que esto había pasado.

No había sensación más agradable para el que dejarse ir en la oscuridad.

Sintió que algo lo movía, abrió los ojos lentamente, y si, alguien lo movía con su zapato, abrió los ojos y se encontró con el Rey que lo estaba pateando.

- Ouch ¿Rey? lo siento. - Dijo sentándose tan rápido como pudo. - No debí quedarme dormido.

-Me han dicho que no has comido desde hace días, ¿es eso verdad? - Su voz era golpeada y a la vez con desprecio.

El omega asintió.

- Levántate, allí sobró comida. - Le dijo con desagrado, una vez más él se dio la vuelta.

Jimin se levantó de golpe, eso hizo que se mareara intensamente, y al caminar se golpeó con el baúl, cayéndose de boca hacia el buró en el que se encontraba recargado.

El golpe se escuchó seco y rodó por el suelo, con dificultad se volvió a levantar sintiendo
Que su boca ahora sangraba, con su mano sintió que su labio ahora tenía una herida profunda. Se asustó cuando vio que empezó a gotear la sangre.

Se preocupó por la alfombra, así que lo más rápido que pudo, abrió su baúl sacando unos pedazos de manta y los puso sobre su labio.

Se limpió la mano y se sentó en el baúl ya cerrado.

Sostuvo la manta un momento, hasta que escuchó al Rey.

- Eres muy torpe.

Jimin lo buscó con la mirada y lo encontró recargado en el dosel de la cama riéndose de el con los brazos cruzados enfrente.

Mi Alfa FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora