Cap 8.

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Algo le movió el cabello, le apretó la punta de la nariz y se tallaba a lo largo de su cuerpo. Abrió los ojos y se encontró a su lobo omega sonriendo. Volvió a cerrar los ojos y el omega le abrió uno con la punta de los dedos.

— Hola.

El alfa se sentó llevándoselo consigo. Llevaban cinco días apenas desde que el omega inició su celo.

Y esos cinco días no se había despegado de su lado, los lapsos de excitación se esparcían a lo largo del día. El alfa nunca había tenido esa cantidad de sexo seguida, pero con el omega cada experiencia era algo totalmente nuevo, pues el omega se ofendía constantemente, había tenido que lidiar con su lado orgulloso y vanidoso. No podía despreciarlo porque si no sacaba a relucir todo su pasado y en menos de 2 segundos su rabia se volvía incontrolable.

Paso que el alfa estaba dormida y no lo estaba abrazando en la madrugada, el omega lloró y se fue al suelo, demasiado enojado que golpeaba el suelo con el pie fuertemente, tuvo que ir por él y convencerlo para que regresara. Una hora después estaba de nuevo con el asegurándose de abrazarlo como debía.

Pero por el otro lado cuando se mostraba amoroso, era un escenario completamente rosa, pues era demasiado cariñoso con él. Y podría jurar que el omega estaba enamorado, pues lo miraba profundamente y se ponía colorado.

Aunque el rubio no hablara no le resultaba difícil saber qué era lo que pensaba, pues sus pensamientos eran básicos.

Se levantó llevándoselo con él, se metió a la tina y lo enjabonó. Después con cuidado lo ayudó a cambiarse. Desayunaron, todo esto bajo la mirada atenta del omega.

Se lo llevo al sillón y lo abrazó esperando que el omega le diera entender que quería hacer.

— Me gusta usted.

El alfa se sorprendió al escucharlo.

— ¿Así? a mí también me gustas.

Él le dio vergüenza y se tapó la cara.

— ¿dime que es lo que quieres hacer hoy?

El omega se levantó de su regazo y se asomó por la ventana.

—Yo quiero amarlo.

El alfa se quedó frío.

—Pero no puedo, porque usted me ha hecho daño.

—Puedo aceptar que no me ames... pero te pido que me perdones por el daño que te he hecho.

—Usted nunca sabrá la magnitud de mi dolor.

—Dime que tan grande...

—El dolor me ha destruido por completo... no queda ni un rastro de mi ahora.

El alfa se quedó serio procesando esas palabras, en ese momento estaba hablando con el lobo de Jiman, ese que lo acompaña en todo momento y quien más lo conoce.

—Yo creo que amarnos no es de relevancia.

El lobo lo volteó a ver y lo miro triste. Regreso su mirada hacia la ventana.

—Entonces ya no hay esperanza.

Esto fue lo último que dijo antes de volver a sus brazos y llorar en ellos, se refugiaba en su pecho y lloriqueaba suavemente, el alfa el acomodó el pecho y acarició sus mejillas.

—Eres demasiado avaricioso, no necesitas amarme tonto omega, solo tienes que estar a mi lado.

El lobo se perdió en un llanto afligido. Después de varios minutos se relajó y siguió observándolo. Al parecer era todo lo que al omega le gustaba, observarlo.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2022 ⏰

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