Cap 3.

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Jimin se despertó por la claridad.

Abrió los ojos poco a poco, su cuerpo dolía.

Recordó todo lo que pasó la noche anterior y solo quería dormir de nuevo.

Deseaba poder desaparecer. Incluso ahora el calabozo se le hacía un buen lugar ahora.

- Te vez tonto cuando sonríes

Jimin escucho la voz del alfa.

Se acurrucó más y trato de esconderse.

Su omega ahora tenía mucho miedo de él.

Él era un alfa sin piedad.

-No te puedes esconder más, eres un cobarde.

Jimin no dijo nada.

- ¿Ahora ya no tienes nada que decirme? ¿te duele la marca no? Eso es para que aprendas que los omegas no sirven para nada.

Su omega estaba muriéndose de miedo.

-Tiene razón.

- Claro que tengo razón, todo este tiempo la he tenido. Es bueno que lo reconozcas.

Jimin tenía cerrado los ojos, ya no quería saber nada de la vida.

- Me voy, un alfa siempre tiene asuntos importantes que tratar como gobernar un país. Y tú puedes quedarte a llorar todo el día.

- Eso haré.

Jimin escuchó que salió de la puerta, se levantó y fue al baño. Paso todo el día viendo el paisaje y sentado en su sitio.

De su baúl sacó unas hojas, en ellas había dibujado el rostro de sus padres.

Los recordaba con cariño y trataba de no pensar en ellos a menudo.

Por la noche se volvió a esconder cuando escuchó que el alfa llego. Le trajeron comida y esta vez no le invitó a Jimin, había ordenado que lo dejaran sin comer 3 días. Así que solo trato de dormir.

"Estúpido omega" Eso era lo que el alfa había dicho. Y a lo mejor si era cierto por esperar piedad de alguien como él.

Después de un rato escucho el agua correr y unos pasos mas de cerca.

- Omega, hoy dormirás en mi cama.

No quería, pero no tenía opción.

Jimin se levantó ocultando su rostro, sabía que su estado físico que era horrible ya no era ni la sombra del omega lindo de su pueblo.

- ¿qué demonios le hiciste a tu pelo? - Jimin se tomó un mechón su pelo y lo aplacó con su mano. - Lo tienes horrible.

Eso era verdad, el jabón que usaba era muy malo, ahora se daba cuenta. Llego a la cama y se sentó. Admiro lo suave que era y se recostó dándole la espalda.

- Mandé que te dejaran sin comer tres días, eso de castigo por ser insolente.

Jimin cerró los ojos, con la debilidad que tenía probablemente se la pasaría durmiendo estos días, con algo de suerte por fin moriría.

- Como usted ordené.

El alfa se acostó detrás de él y lo tomó del brazo dándole la vuelta, el omega bajo el rostro avergonzado. Este alfa lo observaba detenidamente para su desgracia, le volteó el rostro dejando a su vista la herida punzante del cuello. Delineó la zona con su dedo, el omega se quejó muerto de miedo. Le dolía mucho aún.

Él tomo su mano para deshacer el nudo de tela que tenía enredada en su muñeca, le dio la vuelta inspeccionando esa herida y luego la soltó.

Luego la mano del alfa se halló moviendo su cabello suavemente. Jimin se había bañado en la tarde, pero aun así se sentía sucio a su vista. Su mano después bajo a su rostro, por su frente, delineo sus cejas y luego acaricio el puente de su nariz.

Mi Alfa FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora