una serie de brutales asesinatos hace que un grupo de adolescentes le planten cara al maligno poder que asola a Shadyside, la cuidad más sangrienta del país, desde hace siglos. Acompáñame a descubrir su historia por que puede que ahora les toque a e...
- antes del partido de esta noche. En señal de duelo por la tragedia de ayer, Sunnyvale celebrará una vigilia en homenaje a las víctimas. La asistencia del equipo, la banda y de las animadoras es obligatoria - explicó el entrenador de fútbol y varios se quejaron.
Kate y yo nos miramos y miramos a Deena, quien estaba más alejada, e hizo un gesto de una pistola disparándose
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*****
En el bus de camino a Sunnyvale me senté con Kate.
- ¿tu hermana no está un poco borde hoy? - me preguntó.
- ¿solo hoy? - dije bromeando y ella rió - es por lo de Sam, la tiene jodida. Anoche tampoco ha dormido nada - le explique.
- joder - susurro Kate.
- si... joder - murmure yo. No me gustaba ver a Deena así. Aún que la mayoría de los días es una pesada de mierda seguía siendo mi hermana y la quería.
*****
Llegamos a Sunnyvale.
- no era así como quería llegar esta noche, quería venir como fan a ver a los demonios de Sunnyvale y a las brujas de Shadyside jugar un partido de fútbol. En cambio, estoy aquí como marido, padre, vecino y, si, como alcalde de Sunnyvale. En nombre de todos mis conciudadanos, quiero deciros que todo Sunnyvale llora por vosotros - decía el alcalde de Sunnyvale.
Yo estaba con Kate y Deena.
- si, les importa una mierda. Los únicos de Sunnyvale que están aquí han venido obligados - dijo Kate molesta.
- los del equipo y las animadoras - dije dándole la razón a Kate. Vi a Deena, quien estaba con los ojos llorosos, seguí su mirada y la vi. Estaba abrazada a un jugador de fútbol de Sunnyvale y este la estaba tocando el culo y hablando con ella. Deena se fue y no me extraño.
- ¿que le pasa? - me pregunto Kate.
- Sam - dije y la señale con la cabeza. Kate miró hacia ella.
- ah, ya veo - murmuró. Las luces se apagaron y todos encendimos una vela dentro de un vaso mientras el sheriff de Sunnyvale hablaba. De repente escuchamos a gente discutiendo, Kate y yo miramos y vimos a dos jugadores de fútbol, uno de Shadyside y otro de Sunnyvale, peleando.
Vi como Simon, quien estaba disfrazado de bruja con la cara pintada de verde, le dio con su escoba a uno de Sunnyvale, le sacó el dedo y el de Sunnyvale le empezó a perseguir.
- ¡que os jod... - empezó a gritar Kate a mi lado pero recibió un fuerte golpe en la cara. Yo me tape la boca con las manos y la ayude.
*****
- ¡son unos mierdas! - decía Kate.
- ¡si! - la apoyaban todos los del bus, incluida yo sentada al lado de Simon.
- se cargan nuestra vigilia.
- ¡no!
-y se vuelven tan anchos y a sus mansiones ¡como si fuéramos unos parias a los que pueden pisotear!
- ¡no!
- ¡nosotros no somos unos parias!
- ¡no!
- ¡esto se acaba esta noche!
- ¡si!
- ¿¡que es lo que vamos a hacer!? - me pregunto Simon.
Yo me puse de pie - ¡vamos a cargarnos a esos pijos de mierda! - grite.
- ¡si! - el bus me apoyo como locos - ¡Madison! ¡Madison! ¡Madison! ¡Madison! ¡Madison! - gritaban los del bus mi nombre.
- yo sigo "Shady" y vosotros "Side" - grito Simon.
- ¡Shady!
- ¡Side!
- ¡Shady!
- ¡Side!
- yo digo "Shady" y vosotros "sude" - grito Simon otra vez.
- ¡Shady!
- ¡Side!
- ¡Shady!
- ¡Side!
Y así una y otra vez hasta que Deena nos llamó. Kate, Simon y yo nos acercamos. Tres personas de Sunnyvale venían detrás del bus en un coche. Uno de ellos llevaba una mascara de calavera.
- no me jodas - se quejo Kate.
- ¿esa no es... - dijo Simon.
- Sam - terminó Deena. Sam estaba en el asiento del copiloto.
Simon se dio la vuelta y se bajo los pantalones, dejando al aire su culo solo, y lo pego a la ventana trasera del bus.
- comedme el culo - dijo con una sonrisa.
Deena agarró un bidón - abre la puerta - me dijo.
Yo duda un segundo pero la hice caso y abrí la puerta trasera.
Kate y ella agarraron el bidón para tirarles el líquido de dentro.
- ¿seguro que es buena idea Deena? - pregunto Kate.
- a la de tres - dijo ignorándola.
- ¿estas segura?
- una, dos...
- ¡Deena!
- ¿qué? - nos miró.
- ¡la nariz! - exclamamos Kate y yo a la vez al ver cómo la nariz le goteaba bastante sangre. Kate se echo para atrás soltado el bidón y este cayó. Le dio al coche y este de fue hacia el bosque.
