Querido Santa quiero una... ¡¿Novio?! [OffGun]

4. Nochebuena, no tan buena.

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Todo estaba tranquilo ese día, el tan esperado 24 de diciembre había llegado muy pronto, pero no era como otros años, en el desayuno se había despertado extrañado por no sentir el aroma del típico desayuno navideño de Off, pero no había chocolate caliente con bombones de colores, ni panqueques recién hechos o galletas en el horno, nada. 

En parte no le sorprendió que Off tampoco le hablara en el desayuno el hombre sólo le dio los buenos días y siguió comiendo como todos los días después de su discusión el día que colocaron el árbol. Off estaba distante con él, casi no le hablaba, ni se le acercaba o lo tocaba, tampoco lo llamaba de manera cariñosa, si estaban en la misma habitación hacía lo posible por salir pronto de ahí y dejarlo solo, Gun se sentía mal, no lo quería admitir en voz alta pero extrañaba que Off lo tratara diferente, la verdad extrañaba que Off lo tratara como si fueran pareja, porque era así como lo trataba, pero ahora sólo era como si fueran simples roomies, era lo que siempre quiso pero ahora que lo tenía no le gustaba.

Tal vez Off era más que un amigo para él, en esos días lo estuvo pensando después de todo se había masturbado pensando en su amigo. Muy hetero no era. 

Ese día en la noche se dio un baño y de nuevo no pudo evitar pensar en su roomie, terminó corriéndose bajo el agua tibia que mojaba su cuerpo, gimiendo el nombre de su amigo, y cuando salió se propuso hablar con él y arreglar las cosas. No podían seguir así.

Se puso la tonta pijama navideña que Off  había comprado desde un mes antes, y caminó escaleras abajo, rumbo a la sala dispuesto a pasar una navidad más viendo películas y comiendo comida instantánea en compañía de su roomie, pero se sorprendió cuando vio a Off muy bañado, perfumado y bien arreglado, parado en la puerta mirándose en el espejo que tenían ahí acomodando algunos mechones rebeldes, tenía puesto el suéter que le había regalado la navidad pasada uno verde con un ridículo duende impreso en el frente junto a una cursi frase navideña.

—¿Vas a salir?—preguntó una vez estuvo cerca de él, Off le dio una mirada de reojo.

—Sí.—Fue una respuestas sin entrar en detalles y Gun se sintió ansioso ¿Off lo iba a dejar solo ese día?

—¿A dónde?—sonaba cómo una pareja  celosa que quiera tener conocimiento de todo lo que hacía su novio, Gun se sonrojo por el hecho de imaginarse como novio de Off.

—Quedé de verme con Tay un rato.—Gun sintió un golpe en el pecho al saber que Off pasaría noche buena con Tay y no con él.

—¿A que hora regresas?—Off lo miró incrédulo, recogió una mochila que había en el piso junto a él y le respondió.

—No lo sé, no me esperes.—En ese momento sonó el timbre y Off sonrió un poco sabiendo quien era, abrió la puerta para dejar ver a un alto moreno que en cuanto vio a Off lo saludo con un abrazo cariñoso.

—Vámonos, rápido sino...—Off le dio discreto golpe en las cosillas a su amigo para que no siguiera hablando, Gun lo notó y se molesto más por la acción ¿Qué harían y porque Off no quería que se enterara?—Adiós Gunnie.

—Adiós chicos.— dijo resignado dándose La vuelta antes de que terminará arrastrando de vuelta a Off.

Escucho la puerta cerrarse y el se dejo caer en el sofá, triste y abandonado, pero eso es lo que quería ¿No? Dijo que estaba cansado de Off, que le molesta a la navidad, hiso sentir mal a la única persona que intento hacerlo pasar un buen rato, pero ahora por su estupidez su amigo se había ido. Tal vez Off siempre tuvo otras opciones para pasar la navidad y el siempre había preferido estar junto a él o tal vez no, pero no lo sabría nunca y ahora sólo podía lamentarse porque estaba hirviendo de celos al saber que Off pasaría el rato con Tay haciendo quien sabe que cosas.

Suspirando un poco sintió sus mejillas mojadas, estaba llorando, ¿Podía ser más patético? Él mismo se busco terminar así.

Sin ánimos de hacer nada se puso de pie y apagó las luces y subió a su habitación, esa definitivamente era la peor nochebuena de su vida, claro después de la nochebuena de cuando tenía seis años, en que encontró a su padre comiéndose las galletas que había dejado para Santa. Ese día se había enterado que no existía el gordo barbón que todos los niños pensaban entraba por la chimenea para dejarte una bicicleta con el doble del tamaño de ese agujero.

Se tiro en la cama triste y se tapo hasta la cabeza, pensando en lo real de la frase "No valoras lo que tienes hasta que lo pierdes" Siempre tenía a Off para pasar la navidad, pero ahora que no estaba ahí se sentía vacío.

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