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A la mañana siguiente tal y como Momo lo pidió Dahyun se encontraba afuera de su oficina esperando a que la japonesa llegara a la empresa.

—Que obediente es mi pequeña— Felicitó la mayor apenas llegó a la puerta de su oficina dándole un beso a Dahyun en la cabeza.

—Ahg— Se quejó la menor tallándose la cabeza a causa del beso de Momo mientras su rostro mostraba repulsión.

—¿Estás lista?

—¿Para qué?— Preguntó Dahyun confundida

—Saldremos

—Pero es muy temprano y no he desayunado

—No importa, comeremos fuera

Con esto Momo empezó a caminar en dirección al estacionamiento en busca de su auto el cual sorprendió a Dahyun desde que lo vió, tando que podía asegurar que la camioneta de Momo era muchas veces más costosa que su vida.
(Pink Lamborghini okno :c)

—No te quedes mirando, sube— Le indicó Momo abriendo la puerta del copiloto.

Una vez estuvieron dentro emprendieron camino a un lugar del cual Dahyun desconocía totalmente, todo estaba lleno de lujos y lucía tan cuidado, no podía creer lo que veía, ¿Acaso seguían en Seúl? Porque el Seúl que Dahyun conocía era un Seúl maltratado y sucio pero el lugar por el que Momo la traía lucía demasiado diferente, la japonesa por su parte solamente sonrió al ver por el rabillo del ojo la ilusión que había en Dahyun mientras miraba el camino.

Al llegar a su destino Momo entró al estacionamiento y dejó su auto ahí para ponerse una gorra, cubrebocas y salir en dirección a lo que parecía ser un hospital, Dahyun sin saber que pasaba solamente acompañó a Momo caminando tras ella sintiéndose intimidada por pensar que no encajaba en un lugar tan sofisticado. Momo al verla así de tímida la atrajo hacia su lado y la abrazó por los hombros sintiendo como la menor aferraba sus bracitos a su cintura.

Porque a pesar del odio que Dahyun le tenía sintió la necesidad de que Momo la protegiera del juicio de las personas que caminaban a sus alrededores.

Al entrar al hospital Momo buscó una puerta en específico para adentrarse a aquella oficina.

—¿Cita de la señorita Kim Dahyun?— Preguntó una mujer al verlas entrar.

—Si— Respondió Momo.

—Solo puede entrar al consultorio si es su familiar— Informó la secretaría intentando ver su rostro entre la gorra y el cubrebocas, cosa que Momo no permitió.

—Es mi hija— Mintió Momo recibiendo una mirada confusa por parte de Dahyun mientras la mujer solamente asentía para invitarla a pasar.

—Hola Dahyun— Saludó la doctora —Y hola señora Kim.

—Hola— Saludó tímida la menor sin entender muy bien porqué estaba en ese consultorio.

—Bien señora Kim usted me comentó que quería que su hija utilizara algún método anticonceptivo ¿No es así?— La mujer preguntó a lo que Momo asintió, ahora Dahyun entendía todo.

No iba a quejarse, sabía que seguiría manteniendo relaciones sexuales con Hirai Momo y este era un método efectivo para asegurar que no tendría pequeños seres en el vientre con el ADN de Momo.

Poca atención prestó Dahyun a la plática entre Momo y la doctora hasta que la mayor escogió el método anticonceptivo que le implantarían, no escuchó ni lo más mínimo de lo que la doctora explicaba por sentir el estómago vacío rugiendo por comida, en su mente solo intentaba recordar cuando fué la última vez que probó comida de verdad y no solo las bromas a las que hacían llamar comida en Peach's Entertaiment.

En menos de lo que imaginó ya se encontraba fuera del consultorio lista para ser follada y usada como un objeto por Momo sin ninguna clase de riesgo, su pesimismo cada vez iba de mal en peor pero se escudaba pensando en que solo era realista, siguió perdida en sus pensamientos hasta llegar al estacionamiento y subir a la camioneta de la japonesa.

—¿Ya pensaste que quieres desayunar?— Preguntó Momo a la menor.

—¿Qué?— Respondió confundida con otra pregunta.

—Que si ya pensaste que vas a desayunar, creí que eso estabas pensando ahora.

—Oh por dios, ¿Podré elegir que comer?— Preguntó temiendo que esto fuera una broma pero por su parte solo miró a Hirai asentir —No puede ser, ¿Que hay de la dieta?

—Un día no hará diferencia, pide lo que quieras.

Dahyun tuvo que tragarse el grito de alegría que casi escapa de su boca y mantuvo la compostura, obviamente la menor no conocía por ahí así que Momo la llevó a una de sus cafeterías favoritas dejando que Dahyun escogiera del menú lo que quisiera comer.

Dejando su odio de lado estaba muy feliz de sentirse tan consentida que casi olvidaba quien era realmente la persona que estaba frente a ella, de todas formas no iba a pensarlo, o de lo contrario arruinaría su mañana de alegría.

Al mirar el menú casi se atraganta antes de haber consumido algo, ni siquiera su ropa costaba lo que la comida en ese lugar, pero si Momo había dicho que ella invitaría no tenía por qué limitarse, mucho menos cuando llevaba tanto tiempo sin comer comida de verdad.

Optó por pedir un chocolate caliente y unos wafles con más chocolate sobre ellos, amaba el chocolate y realmente lo extrañaba mucho. Ambas desayunaron en silencio en una mesa algo apartada de las demás, la menor lucía tan tierna con sus cachetes llenos de comida que Momo no pudo evitar sacarle una fotografía sin que la menor lo notara. A la mayor siempre le parecieron ridículas esa clase de cosas, pero no pudo evitar caer en las cursilerías que ella misma había dicho odiar al poner aquella foto como su fondo de pantalla y con una sonrisa bloqueó su celular.

Cuando el desayuno acabó salieron del lugar en dirección al auto de nuevo, debían regresar a la empresa.

—Si quieres algo más antes de volver solo dime, tus deseos son mis órdenes— Aseguró la japonesa con una cálida sonrisa.

—No actúes como si realmente te importara lo que yo quiera o sienta, tú y yo no somos nada— Recordó Dahyun sin mirarla.

—Aún así no dudes en pedirlo— Volvió a ofrecer fingiendo que ese comentario no le había afectado en lo absoluto.

Así que encendió el auto y tomó camino de regreso a la empresa.

El trayecto fué silencioso, cada una pensando en sus propias cosas hasta volver al edificio de la empresa y ahora sí tomar diferentes caminos.

DEBUT // DAHMO [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora