I. Hasta darse cuenta

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N/A: Si bien este no es el primer fic que escribí de estos dos, quiero que encabece la colección porque es un regalo que hice para AngieBrightside con mucho mucho cariño <3

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Aclaraciones:

- Aquí no se ha muerto nadie, Kazutora le regaló una tarjeta a Mikey por su cumpleaños y todos felices.

- Baji repitió de año porque está bien menso. También es un Sano más, a veces.

- Sé que si no ha pasado nada de lo que pasa en el canon las circunstancias de cómo se llevaría el BajiFuyu serían un tanto diferentes, pero juro que se llevan como siempre, así que déjenlo ser.

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Resumen: Todo empieza en lo que parece ser una tarde cualquiera, con Baji enseñándole a Chifuyu a andar en moto. Para el final del día, se ha dado cuenta de lo mucho que se le acelera el corazón cuando está a su lado.

# de palabras: 3512

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Baji todavía recuerda la primera vez que trató de ir en su moto, un desastre total. O perdía el equilibrio y la maquinaria entera le caía encima, o aceleraba a fondo por accidente e iba hacia el frente y se estrellaba. Que no hubiera muerto a esa edad tan corta era un milagro. Al menos, en esa época no era el único que sufría tratando de montar la motocicleta que uno mismo reparaba.

Draken fue quien lo dominó más fácilmente, porque era un gigante y no tenía problemas en alcanzar el suelo con los pies al colocarse en el asiento de cuero; luego estaba Kazutora que tenía habilidades para sobrevivir sorprendentes. Mitsuya era un maestro en todo, pero tuvo que pedir ayuda un par de veces. Pah era duro como roca así que le fue fácil. Seguramente Mikey habría sido el primero en superarlos a todos, porque cuando se subió a la obsoleta "Hawk-chan" solo avanzó y avanzó sin mirar atrás, hasta que una de las llantas reventó y tuvo que detenerse.

Sin duda, si no se hubieran tenido a los seis en ese momento, un brazo o pierna rota habrían sido adheridos a sus historiales médicos (aparte de las costillas rotas y manos fracturadas que se ganaban cada vez que le daban la cara a una pandilla nueva).

Todavía piensa, que sí se asustó un poco la primera vez que vio el suelo aproximarse tan rápido hacia su cara, o la vez que Mitsuya resultó patas arriba por tener que esquivar a un gato que iba pasando. Ganó un raspón en la cabeza que hizo que todos lograran verle el tatuaje de la cabeza y la sangre corriera por un minúsculo rato, pero nada más grave que un par de puntos no pudieran arreglar. Pero ciertamente, hasta Mikey se preocupó un poco, y eso era bastante que decir.

Baji recuerda el temor natural ante las caídas, pero también la adrenalina más pura una vez que dominaba a la bestia de metal y el manillar se ajustaba a sus dedos y podía correr con libertad.

Piensa que Chifuyu está experimentando lo mismo ahora, mientras lo mira balanceándose sobre la moto apagada avanzando a pasos ligeros sobre sus pies.

Baji no era realmente consciente de la diferencia de alturas entre ambos hasta que nota ese detalle. Cuando él se sienta en "Cucaracha" puede poner toda la planta del pie sobre el suelo sin problemas. Chifuyu, por otra parte, apenas lo alcanza con las puntas de las botas.

Se sorprende a sí mismo sintiéndose raramente alegre por el detalle.

Vamos, céntrate, se dice, antes de dar un paso al frente, en una de esas zonas desiertas de Shibuya donde sabe que los novatos como Chifuyu o su versión de 12 años van a practicar.

BajiFuyu One-Shots [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now