17 ❤ Millón razones

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|| Riley || La voz de Liam se quebró. La miró y la expresión de su rostro le dijo todo lo que necesitaba saber. Había escuchado toda la conversación entre él y Bianca.

|| Yo... lo siento... vine, bajé... porque estabas tarde... estaba viendo si... necesito... || Balbuceó en un susurro antes de que se apagara y se alejara.

|| Riley, espera. Por favor || Liam caminó tras ella. Se adelantó y se puso delante de ella. Ella se detuvo y lo miró, su lenguaje corporal, su expresión, ahora completamente ilegible. Juró en ese momento que podía ver que la pared se volvía a colocar ladrillo a ladrillo ante sus propios ojos || ¿Qué escuchaste? ||

|| Que tu ex esposa está embarazada de tu hijo, Liam || Su voz era directa y tranquila.

|| Riley... yo no-- || pero Riley lo interrumpió.

|| Liam, está bien ||

|| Riley... por favor déjame hablarte de esto. Hablaremos durante la cena ||

|| De repente perdí el apetito... discúlpame || Pasó junto a él y caminó por el pasillo mientras él dejaba caer la cabeza y se pasaba la mano por la cara.

Después de un momento, Liam se giró justo cuando Riley desaparecía por la esquina y él caminaba siguiéndola de regreso a sus habitaciones. Su mente estaba corriendo, y no era así como quería que Riley se enterara de Bianca. Y todavía estaba tratando de asimilar el hecho de que Bianca estaba embarazada y era de él. Sintió esta carga sobre sus hombros, entre las noticias de Bianca, la reacción de Riley al escuchar su conversación, entre que Riley estaba en medio de decidir si ella y Emma se quedarían o no en Cordonia o regresarían a Nueva York, todo de repente, se sintió muy pesado.

Riley sintió que se le revolvía el estómago mientras repetía la conversación que acababa de escuchar en su cabeza. Liam estaba esperando un hijo con su ex esposa. No podía enfadarse con él, fue antes de que volviera a pasar algo entre ellos, él no había hecho nada malo, pero le dolía, y le dolía mucho más de lo que ella pensaba, cuanto más lo pensaba.

Por la forma en que él hablaba de Bianca, las cosas que ella le había hecho, nunca pensó en que él volvería con ella. Y ahora ella estaba embarazada de su hijo, y sinceramente no tenía idea de lo que eso significaba para ellos. En ese momento, supo que necesitaba protegerse, asegurándose de no permitir que la pusieran en una posición para ser lastimada, no de nuevo. Ella necesitaba asegurarse de no permitir que Emma saliera herida tampoco.

Se movió por los pasillos y se encontró entrando en la sala de arte donde sin pensarlo comenzó a trabajar en el marco de las pinturas para tratar de distraerse de todo. Mientras estaba allí trabajando, podía sentir que todo salía a la superficie, todos los miedos y reservas que tenía sobre volver aquí, sobre comenzar algo con Liam, sobre Emma siendo herida, todo, y salió a raudales mientras se desplomaba en el taburete, dejando caer la cabeza sobre sus brazos mientras lloraba.

Se sintió como una tonta al pensar que tal vez las cosas serían diferentes está vez. Y al mismo tiempo se sintió tonta por cómo estaba reaccionando. Liam no había hecho nada malo, ella no tenía absolutamente ningún derecho a estar enojada con él o lastimada, pero estaba lastimada y no podía entender por qué. Y ahora, con la noticia de la llegada del nuevo miembro a la vida de Liam, todavía tenía que tomar una decisión, elegir si se iba a quedar o no en Cordonia.

Después de un rato, Riley se recompuso, asegurándose de que no lucía como si hubiera estado llorando antes de salir de la sala de arte. Caminó de regreso al departamento de Liam justo cuando él estaba a punto de llevar a Emma a la cama. Emma se acercó, la abrazó y le dio las buenas noches, Liam miró a Riley, pero ella no quiso hacer contacto visual con él. Una vez que Emma estuvo en su habitación, Riley fue y tomó algo rápido para comer y luego fue a su habitación a cambiarse.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora