19❤ En ¿Casa?

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Riley y Emma caminaron por el pasillo, ambas en silencio. Riley la miró, con esa expresión en blanco en su rostro normalmente feliz de niña pequeña y su corazón latía con fuerza, la culpa la llenaba hasta el fondo, sintiendo y sabiendo que ella era la razón.

Llegaron a la puerta y Riley respiró hondo mientras la abría.

|| ¡Ay Dios mío! ¡Están de vuelta! || Michell voló desde el sofá y corrió hacia ellas, pero se detuvo cuando notó sus expresiones || ¿Cómo... estuvo el verano? ¿Qué te pareció Cordonia, Emma? ||

Emma miró a Riley y luego a Michell.

|| Fue divertido. Voy a ir a jugar || Caminó lentamente por la sala de estar y por el pasillo hasta su habitación.

Michell y Riley la miraron, Michell se volvió hacia Riley una vez que Emma estuvo fuera de la vista y escucharon cerrarse la puerta de su dormitorio. Riley comenzó a morderse el interior de la mejilla, tratando como loca de luchar contra esta sensación, pero no pudo. Dejó caer sus maletas al suelo cuando las lágrimas empezaron a caer, sus manos temblorosas cubrieron su rostro cuando Michell se acercó a ella y cayó en sus brazos.

Liam estaba en el marco de la puerta de la habitación de Emma mirando el vacío. Su cuarto, que durante los últimos dos meses había estado lleno de las pequeñas risitas de Emma y la risa de Riley, estaba devastadoramente silencioso. Dejó escapar un suspiro y se secó los ojos mientras se giraba para dirigirse a su estudio.

Liam se sentó en su escritorio enterrándose en el trabajo, tratando de pensar en cualquier otro lugar que no fuera Riley y Emma. Escuchó un golpe y pidió que entraran.

|| Oye, Li || Entró Drake. Miró a su amigo y vio el dolor escrito en su rostro. || ¿Cómo lo estás llevando? ||

Liam dejó caer su bolígrafo sobre su escritorio frotándose los ojos.

|| Estoy bien... ||

|| Liam... || Drake le dio una mirada.

|| ¿Qué quieres que te diga? ¿Que no estoy bien? Ok... no estoy bien, Drake. Odio que se hayan ido, odio que no vayan a estar ahí esperándome cuando termine de trabajar, odio no entrar a mi departamento y oírlas hablar y reír, lo odio. Me iré a la cama esta noche sin leerle su historia a Emma ni tener a Riley en mis brazos. No estoy bien. Pero tengo que estar bien. No hay nada que pueda hacer para cambiarlo. Así que... estoy bien || Se reclinó en su silla mirando hacia el techo luchando contra el escozor en sus ojos.

|| Amigo, no puedes rendirte. Tienes que luchar por ella... sigue intentándolo... ||

|| Drake || Dejó escapar un profundo suspiro || Ya ni siquiera estoy seguro de por qué estoy luchando ||

Riley se sentó en el sofá más tarde esa noche mirando por la ventana la vista de la ciudad mientras el sol comenzaba a ponerse. Le había contado a Michell todo lo que había sucedido durante el verano. Ella y Liam reavivando su relación, cómo se había enamorado perdidamente de él de nuevo, cuánto ella y Emma se habían divertido. Cómo Liam le había pedido que se quedara allí con Emma. Le habló de Bianca, la conversación que escuchó, lo que pasó en la fiesta en el jardín. Y como haría cualquier buen amigo, Michell lo calificó como una mierda. Le dijo a Riley que no se había ido por Bianca, y le aclaró que ella se fue porque tenía miedo de que le rompieran el corazón de nuevo. Ella podía ver lo que Riley sentía, conociendo su historia con Liam y lo que pasó antes.

Riley se sentó allí asimilando las palabras de su amiga, reflexionando sobre la conversación en su cabeza. Se fue por Bianca, pero no solo por Bianca. Sabía que Michell estaba parcialmente en lo cierto, que no podía aceptar la idea de que le rompieran el corazón de nuevo, lo que a su vez significaría que el corazón de Emma también estaría roto, incluso más de lo que ya estaba.

Siempre fuiste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora