𝒀𝒆𝒍𝒍𝒐𝒘 ⚡𝑺𝒊𝒓𝒊𝒖𝒔 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌⚡

36- ✓La maldición del collar✓7°

Sirius Black:

—Tu no cambias —Se burla Remus al contarle lo sucedido hace 3 días—.

Obviamente no le conté todos los detalles.

—Creo que todo habría sido demasiado cursi para mi gusto —Me encojo de hombros—.

—Quiero saber exactamente qué vas a hacer.

—No le digas a James —Me acerco a él—, pero estoy pensando seriamente en pagarle al otro cazador para que nos deje ganar.

—¿No confías en Cornamenta?

—Si, pero igual debo asegurarme.

Solo faltaban 4 días para el partido.
Debía tener todo asegurado para ese día.

—Hola chicos —Nos saluda Siberia al entrar al aula de pociones—.

—Se te está haciendo costumbre llegar un poco más tarde —Dice Cornamenta uniéndose a la mesa—.

—Tuve que ayudar a Leo en algo.

Leo...
A cierto, es su mascota.

—Me ama —Digo al ver cómo el pequeño Bowtruckle camina sobre la mesa y se pone en mi hombro—.

—Que traicionero eres, Leo —Se queja ella—.

Veo a mi hermano entrar al aula y decirle algo al profesor.

—Apenas termine iré. Esperen allí. —Responde—.

Mejor decido ver a otro lado, pensando en cómo invertir mi tiempo, pues las clases después del almuerzo se suspendieron por una junta de Profesores.

Las clases se tardan más que de costumbre.
O es el tiempo que se detiene. Ya no lo sé.
Lo único que deseo es ir a dormir. Pero no podré porque me toca entrenar.

—Remus, ¿Puedes cuidar a Leo?

—¿A dónde irás? —Preguntamos los 4 en coro—.

—Iré con Lily a ayudar a Hagrid con unos Escarbatos. A mí pequeño no le gusta las nuevas amistades —Le da su diminuta comida—.

Ni que lo diga, le costó adaptarse a nosotros.

—Claro, yo me encargo.

Noto que su plato está casi intacto.
En comparación a cuándo la conocí, ya no come mucho. Y cuando lo hace, es realmente poco.

—Abre la boca —Le doy una cucharada de arroz—.

Ella niega haciendo pucheros, pero Cornamenta me ayuda tomándola de los brazos.

—Debes comer.

—No tengo mucho apetito que digamos —Digiere la comida—.

—Madam Hooch nos dejó el campo de Quidditch hasta las 3 —Nos interrumpe Marlene llegando a nuestra mesa—, espero sean puntuales.

Siberia da un sorbo a su jugo tratando de no parecer molesta.
Pero la conozco tan bien que sé cada movimiento que hace cuando lo está.

—Ya vamos —Trato de prestarle más atención a quien tengo al lado, dándole otra cucharada—.

—No lleguen tarde —Ella rueda los ojos antes de irse—.

—Los veo luego —Se levanta Liss finalmente cuando la pelirroja llega a nuestra mesa—.

Ambas chicas se van juntas mientras el Bowtruckle se posa al hombro de Remus.

Terminamos nuestro almuerzo y vamos a cambiarnos para entrenar.
Ya descansaremos cuando estemos allí.
Prefiero eso a tener que soportar la irritable voz de Marlene.