3. Problemas en cuatro patas

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Un restaurante sumamente elegante, con candelabros gigantes iluminando el gran salón, con ventanas que daban vista a la hermosa luna plateada, los meseros listos para atender a las personas importantes que se habían reunido ese día donde el que al...

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Un restaurante sumamente elegante, con candelabros gigantes iluminando el gran salón, con ventanas que daban vista a la hermosa luna plateada, los meseros listos para atender a las personas importantes que se habían reunido ese día donde el que alquilo el local completo, celebraba el cumpleaños de sus dos hijos.

Ambos niños estaban vestidos con las mejores telas del mercado, el niño con un traje formal azul con corbata celeste con bordados plateados, la niña llevaba un lindo conjunto de vestido rosa pastel, un suéter de lana blanco y zapatitos del mismo color junto a un lindo broche de flor en su cabello que fue puesto en una pequeña trenza al lado, el resto de su cabello permaneció con su laceado natural.

El tema del evento era claro y los invitados lo sabían pues tanto ellos como sus hijos y nietos vestían conforme a la invitación les había llegado.

Para el niño todo sería como siempre, el sería el centro de atención y todo lo que les dijera seria aceptado por los otros niños invitados.

Después de todo, él era el agasajado.

Claro que no se había esperado que esa noche el terminaría como una simple sombra que nadie observa.

Y la luz que había causado aquello, era su nueva hermana quien había comenzado a cantar, llevándose los elogios de todos los invitados, incluso su padre y madrasta estaban sumamente fascinados y orgullosos de la pequeña.

-- ¡Jojojojo! Es usted muy cruel, Shinomiya - san, pensar que tenía una hija tan talentosa y teniéndola oculta.

-- La verdad es que lo entiendo, una niña tan hermosa y talentosa debe ser ocultado de las miradas envidiosas.

-- He escuchado que también es muy inteligente, mi hijo tardaría todo un año en aprender un simple tema de matemática, que envidia.

-- Ha sido bendecido con una gran hija, yo no dudaría dos veces en volverla heredera de mi empresa si fuera mi hija.

-- Espero que mi hija pueda volverse una buena amiga de la suya, Shinomiya - san.

El día donde se supone que el seria el centro de atención, se volvía un día realmente agrio e insípido, pues en toda la velada, nadie lo miro, nadie lo elogio... fue solo la sombra de su hermana quien resplandecía con una luz demasiado brillante.

-- Una buena hierba compensa la mala, ¿Cierto?

-- ¿Por qué tener dos hijos cuando tener uno inteligente basta?

Las indirectas le dolían, pero también el resentimiento comenzaba a burbujear. Su hermana se veía tan brillante y deslumbrante, mirando todo como si ya lo hubiera tenido calculado ser el centro de atención de aquella fiesta.

𝐕𝐨𝐳 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 ||Hanagaki Takemichi|| *Tokyo Revengers*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora