Por primera vez en su vida, Makkari se sintió completamente agotada. Estaba acostumbrada a saltar sobre la punta de los pies, lista para correr. Se sentía como si le hubieran quitado la energía por completo. Por supuesto, habían pasado muchas cosas. Casi la mata un Deviant, lo que se siente genial. La Tierra casi se destruye, asombroso. Le dio una patada a alguien a quien una vez llamó hermano, como tú. Pasó varias horas ayudando a Phasto y a los demás a reparar el Domo, que fue tan agradable como parece. A pesar de todo eso, todavía tenía energía.
Fue el dolor repentino de cuando pensó que Druig había muerto. Se sentía como si una parte de ella hubiera sido arrancada. Pero no lo era, estaba vivo. Ahora su mente estaba dando vueltas con las secuelas.
El alivio que se apoderó de ella cuando lo vio en la playa fue el sentimiento más intenso y sorprendente que jamás había sentido. Ella trotó hacia adelante y hacia sus brazos. Se tomó un momento para simplemente respirar, presionando su frente contra la de él.
"Está bien", le había susurrado, lo suficiente para que ella viera sus labios moverse, "Estoy bien".
Ahora ella estaba sentada solo en su habitación que una vez habían compartido. Antes de que todos se separen. Antes perdieron a tres miembros de su familia. Antes tenían que matar a un Celestial.
Un patrón de vibración familiar llamó su atención hacia la puerta. Él le ofreció una suave sonrisa, apoyado contra la puerta. "¿Por qué te escondes?" preguntó. " ¿Quién dice que me estoy escondiendo? ", Señaló, inclinando la cabeza con una sonrisa. Se rió entre dientes, empujando la puerta para cruzar la habitación. "Bueno, estoy bastante seguro de que nadie te conoce tan bien como yo", sonrió.
" Supongo, " asintió con la cabeza, su comportamiento brillante se quebró rápidamente.
" Hablar a mí, " él firmó, dando un paso delante de ella.
" Pensé que te había perdido ", ella lo miró con los ojos brillantes. "No lo hiciste. Estoy aquí, hermosa", le tendió la mano.
Ella extendió la mano, trazando su palma con la punta de sus dedos.
" Estaba tan asustada ", señaló, entrelazando sus dedos. Casi se derrumbó ante las lágrimas que amenazaban con derramar sus ojos.
"Ven aquí", tiró suavemente de ella para ponerla de pie, envolviéndola en sus brazos. Apoyó la cabeza contra su pecho, dejando que el latido de su corazón contra su mejilla la adormeciera con una sensación de calma. Ella se sentía segura con él. Como si pudieran marchar a una batalla contra cualquier cosa y ganar.
Te amo, proyectó ella en su mente, todavía lo hago.
Se apartó de ella, no muy lejos, solo lo suficiente para ver sus ojos. "¿Todavía me amas?" dijo y firmó a la vez. Viejos recuerdos pasaron ante sus ojos. Jugar a la etiqueta y guardar secretos reservados exclusivamente para los demás en las calles de Babylon. Observar las estrellas y pasar las noches acurrucados juntos en el Imperio Gupta. Amar y vivir tan intensamente antes de la caída de Tenochtitlan. Habían sido una constante. Makkari y Druig. Ya fueran mejores amigos o amantes.
" Siempre te amaré ", asintió ella, con los ojos fijos en los de él. Él descansó su frente contra la de ella, sus brazos subieron para rodearla.
"Mi corazón y mi alma te pertenecen, mi hermosa, hermosa Makkari", susurró. Sus ojos siguieron sus labios mientras hablaba antes de levantarse para encontrarse con sus ojos. Se inclinó hacia adelante y le plantó un casto beso en los labios. Ella puso los ojos en blanco, agarrándolo por el cuello y tirándolo de nuevo para darle un beso más profundo. Él se rió entre dientes contra sus labios mientras la abrazó más fuerte a su cuerpo. Había cierta familiaridad en sus labios y su cuerpo. Habían pasado muchas noches apretujados en un pasillo tranquilo de su casa en Tenochtitlan, ignorando a su familia a solo unos pasillos más abajo.
Retroceden hasta que sus rodillas golpean el borde de la cama. Él se echó hacia atrás tirando de ella con él. Su risa llenó el aire cuando ella cayó sobre su pecho. Ella se sentó a horcajadas sobre sus caderas, sujetando sus manos a la cama a ambos lados de su cabeza.
" Mi guapo Druig ," soltó sus manos de su agarre el tiempo suficiente para firmar. Otra risa brotó de su pecho. La empujó hasta su pecho, abrazándola con tanta fuerza que sintió que podía estar flotando.
" Te amo ", presionó los letreros contra su espalda mientras la abrazaba. Lo sostuvo durante tanto tiempo que pensó que se quedó dormida hasta que se movió. Ella cruzó las manos sobre su pecho y apoyó la barbilla en las manos para poder mirarlo. Ella simplemente sonrió, sus ojos brillando en la tenue luz de la habitación.
Te amo, siempre , sonó claramente a través de su mente, proyectado desde sus pensamientos.
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