Druig y Makkari

pero tus amigos cercanos siempre parecen saber

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Ilyan

Resumen:

“No puedes hablar ahora”, gruñó Kingo.
"¿Porque estas molesto?" preguntó Makkari.
“¿Por qué estoy… Makkari, tú, eres como mi hermana! Eres mi hermana pequeña, y acabo de encontrarte con... él, y yo... ¿realmente necesito explicar por qué estoy molesto?

Makkari jadeó cuando Druig la empujó contra una pared, sus labios en su cuello, sus manos levantando su falda. Ella le pasó las manos por el pelo, tratando de acercarlo aún más.

"Te amo", decía una y otra vez contra su piel. "Te quiero mucho."

"Yo también te amo." Su mano rozó su muslo, ayudándola a enganchar su pierna sobre su cadera. Y de repente, la luz entró a raudales en la bodega. En un instante, Druig se dio la vuelta, manteniendo a Makkari atrapada entre la pared y extendió los brazos frente a ella en un intento de protegerla de la luz y las miradas indiscretas.

Druig? La mandíbula de Makkari se apretó ante las vibraciones familiares. Pasó junto a Druig, hacia la luz para encontrarse con la mirada sorprendida de Kingo. “¿Makkari? Qué vas a…?" Mientras miraba entre ellos, observando las mejillas sonrojadas de Makkari y el cabello despeinado de Druig, su sorpresa se convirtió en ira. “¿Qué le estás haciendo a ella? Lo que hice-"

"¡Kingo, detente!" Cuando Kingo se adelantó, Makkari se colocó sólidamente frente a Druig. "¡Lo que estás pensando... no es así!"

"¿Está él en tu mente?" Kingo agarró sus antebrazos, su ira ahora mezclada con preocupación. "¿Es él?"

"¡Por supuesto que no!"

"Como hacer-"

"Mírame." Makkari le hizo un gesto a los ojos.

"No estoy en su cabeza", dijo Druig en voz baja. “No podría si lo intentara, no a menos que ella lo quisiera, me diera permiso”.

“No puedes hablar ahora”, gruñó Kingo.

"¿Porque estas molesto?" Makkari preguntó, tratando de ser gentil.

“¿Por qué estoy… Makkari, tú, eres como mi hermana! Eres mi hermana pequeña, y acabo de encontrarte con... él, y yo... ¿realmente necesito explicar por qué estoy molesto?

“Lo amo”, señaló Makkari. Se estiró detrás de ella y Druig tomó sus manos. “No solo estamos bromeando. Me encanta. Lo tengo desde hace un tiempo.

"Yo tambien la amo." Druig finalmente se acercó al lado de Makkari. "Ella es mi todo."

"Kingo, ¿es porque es él o porque soy yo?"

"¿Que se supone que significa eso?"

"Quiero decir, si me hubieras encontrado aquí con un humano, ¿estarías tan molesto?"

“Yo…” Kingo presionó su palma contra su sien. "¡No sé!" Miró a Druig. “¿Puede irse? Es muy difícil para mí concentrarme cuando todo lo que quiero hacer es golpearlo en la cara”.