Druig y Makkari

Roto pero contigo

Roto pero contigo

Resumen:

La pelea ha terminado, Makkari y Druig están en el barco y finalmente tienen tiempo para ellos.

Han pasado cinco días desde que abandonaron la tierra. Thena había entrenado mucho para estar preparada para cualquier cosa mientras Makkari exploraba todos los aspectos del streaming en Internet. Phastos le dio la oportunidad de ver cualquier cosa a gran velocidad.

Druig había estado pensando en todo lo que sucedió en el pasado y en lo que quería que sucediera en el futuro.

Fue a la cámara de Makkari, tenía que hablar con ella.

Cuando entró la vio sentada en el suelo, mirando la última foto que se tomaron todos juntos.

Se arrodilló frente a ella.

"Yo tambien los extraño." Él susurró. Hablar ruidosamente no era necesario cuando él estaba con ella, de todos modos no hacía ninguna diferencia para ella.

'Éramos una familia, ¿qué pasó?' Ella firmó, una lágrima cayendo de su mejilla.

'Ikaris mató a Ayak y causó la muerte de Gilgamesh y ahora estoy tratando de descubrir qué sentir por él después de todo eso, pero simplemente no puedo. ¿Debería extrañarlo o debería alegrarme de que se haya ido y odiarlo? —le preguntó, mientras las lágrimas corrían por sus hermosos ojos marrones.

"Te entiendo. Pero él era nuestro hermano. Deberías extrañarlo Kari, el odio destruye las almas y no vale la pena destruir esa hermosa alma tuya por él". Dijo, claro y lento, para que ella pudiera leer sus labios.

'¿Cómo puedo extrañarlo? Todo lo que puedo pensar cuando me vienen a la mente sus nombres es en él traicionándonos', señaló con manos temblorosas.

"Él no siempre ha sido así, recuerda cómo solía ser. ¿Recuerdas su matrimonio con Sersi? Ese es el hombre al que debes recordar". El corazón de Druig dolía por ella.

Makkari era tan pura y buena que no merecía sentimientos como este y odiaba a Ikaris por causarlos.

'¡Lo estoy intentando, pero lo único que puedo pensar es en él tratando de matarte! Pensé que habías muerto, pensé que te había perdido. Apenas podía entender su canto, lloraba y le temblaban las manos.

"Oye", secó las lágrimas de sus mejillas. "¿No lo hiciste bien? Estoy bien, él no me mató. Estoy aquí contigo, justo donde debería estar y donde quiero quedarme para siempre. No te dejaré mi hermosa Makkari". Druig le sonrió suavemente. La llevó a su laboratorio y la besó en la cabeza.

"Ojalá supieras cuánto te amé todos estos años, cuánto te amo ahora mismo".

Él susurró detrás de ella para que ella no pudiera leer sus labios. No había una razón en particular por la que simplemente no supiera cómo decírselo.

"Yo también te amo", firmó de repente.

Él la giró para mirarlo, sorprendido de cómo podía saberlo. Ella asintió hacia la pared opuesta a ellos.

Un espejo. Por supuesto. Comenzó a sonreír ampliamente y cuando su sonrisa no pudo crecer más comenzó a reírse.

Druig la volvió a mirar al espejo y se quedó mirando besando su suave cabello.

Makkari se rió, giró la cabeza y lo besó en la boca. Compartieron su primer beso real, apasionado y profundo.