Comenzando con la nueva cruzada

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En este momento, toda la ciudad de Nueva York ya estaba metida en el oscuro cielo nocturno con las luces de los edificios siendo lo único que la mantenían... iluminada por decirlo de otra manera.

A simple vista, se podría decir que el ambiente de la ciudad era mas relajante de lo que suele ser en el día.

Pero bueno, eso no se podría decir que fuera como algo que pudiese hacer sentir alentada a la gente para querer salir a estas horas.

De vez en cuando, hay gente a la que por pura curiosidad o por el simple hecho de que puede sale a la calle y bueno...

No hacia falta decir, que Nueva York no es exactamente el lugar mas seguro para salir de noche.

Porque las calles de por si ya a simple vista se veían aterradoras, la experiencia que uno podría vivir ahí sin duda no hacia mas que acentar eso.

Y en uno de los muchos callejones que había en la ciudad, se veía a un hombre que tenia contra el muro a una mujer y la amenazaba por medio de una navaja de bolsillo que el tenia a la mano y que básicamente tenia mas que cerca el arma en la zona de su garganta.

-No lo voy a repetir de nuevo, dame lo que tengas... o yo mismo me aseguraré de que nunca vuelvas a ver otro amanecer. -dijo el asaltante hablando de una manera sin duda amenazante.

La mujer estaba temblando de miedo, pues se notaba que el sujeto estaba hablando en serio y no iba a dudar en acabar con ella si no hacia lo que pedía.

Pero había un muy serio problema... ella no traía nada de valor consigo, ni siquiera un misero billete.

Eso lo hacia oficial, esto lo hacia su final.

Sin embargo, en ese momento los dos escucharon que algo acababa de caer con fuerza en el piso, ambos voltean a ver y ven que lo que o, mas bien quien acababa de aterrizar era un individuo... una persona.

De la nada, un relámpago cae sobre la ciudad y, la luz que dejo ver el mismo hace ver que el individuo que se acababa de aparecer, vestía un traje rojo y azul, con el emblema de una pequeña araña negra ubicada en el centro del pecho.

-Muy bien amigo, deja ir a la dama y las cosas no se van a poner feas para ti. -dijo Spider-Man hablando con seriedad y viendo directamente al asaltante a la cara.

Pero había algo mas que eso, y era que en el tono de voz del trepamuros se podía sentir una emoción que al hombre y en cierto modo a la mujer, los hizo sentir como si la piel se les acabara de erizar y estando con los nervios de punta.

Pero aun así, el asaltante jugo un poco con la navaja en la mano y, muego se dispuso a correr directo hacia el vigilante arácnido con tal de darle un tajo con la ya mencionada arma.

Spidey al ver lo que pasaba, siente que todo a su alrededor se pone en cámara lenta, como si su sentido arácnido se hubiese activado pero, en realidad no estaba activado.

Y cuando el hombre estaba a tan solo unos pocos centímetros de darle con la navaja, Spidey se hace a un lado logrando de ese modo esquivarla.

Viendo que acababa de fallar con su ataque, el ladrón intenta darle otro tajo al arácnido pero este de nueva cuenta lo vuelve a esquivar al hacer hacia atrás.

Así seguía aquel hombre tratando de causar daño al trepamuros por medio de lanzar ataques con su navaja, y el trepamuroa de rojo y azul solamente atina a seguir esquivando todos y cada uno de los ataques, como si para el no fuera la gran cosa el hacerlo.

-Ah, ya es tiempo de que esto se termine. -pensó Spidey decidido a ponerle punto final a la situación.

Así sin mas, el arácnido al ver que el hombre estaba por lanzar otro ataque hacia su persona, ademas de esquivarlo le toma con fuerza la muñeca haciendo que suelte la navaja, para luego empezar a doblarle esa zona de la extremidad.

Marvel Spider-Man: Ya no mas Amigable Vecino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora